Cae en cataluña una red que explotó a 200 mujeres rumanas, entre ellas una discapacitada


La Policía Nacional ha desarticulado en Cataluña una red que prostituyó a más de 200 mujeres rumanas en carreteras de esta comunidad y en clubes de alterne de Manresa y Tarrasa.
Entre las víctimas había una mujer con discapacidad psíquica y menores de edad. Además, una de las afectadas terminó suicidándose como consecuencia de la presión y la situación en la que se encontraba.
Según informó la Policía, como integrantes de esta trama han sido detenidas nueve personas. En concreto, los arrestos se han producido en Barcelona (1), Tarrasa (1) y Manresa (7).
Los implicados serán acusados, según los casos, de los delitos de trata de seres humanos, relativos a la prostitución, corrupción de menores, contra el derecho de los trabajadores y pertenencia a grupo criminal.
CUATRO MENORES
Se han practicado cinco registros, en los que se han intervenido más de 7.000 euros en efectivo, así como diversa documentación relativa a las actividades ilícitas de la organización y a las víctimas que se encontraban en los clubes. También se han localizado material informático; dos armas de fogueo con su correspondiente munición; dos defensas eléctricas; y cuatro vehículos de alta gama.
Los proxenetas captaban a las jóvenes en Rumanía. Aprovechaban su situación de necesidad, para luego obligarlas a prostituirse al objeto de pagar la deuda contraída por el viaje. Entre las jóvenes se encuentran cuatro menores de edad, una mujer con discapacidad psíquica e incluso las parejas sentimentales y familiares de los proxenetas. Una de las víctimas, de 24 años, acabó suicidándose.
Las primeras pesquisas comienzan cuando los agentes tienen conocimiento de la explotación sexual de una mujer rumana con discapacidad psíquica, introducida a la prostitución en un club de alterne de Manresa. En ese momento se inició la investigación de una organización dedicada a la trata de mujeres rumanas con fines de explotación sexual en dos clubes de alterne (“La Bombonera” de Tarrasa y “Las Palomas” de Manresa), así como en distintas carreteras catalanas.
La estrecha colaboración con la Policía rumana ha permitido la identificación completa de los 18 miembros del grupo, así como de otras víctimas de la misma organización. Hasta el momento nueve de ellos han sido detenidos por diferentes delitos, una mujer ha sido imputada, y el resto está pendiente de detención. Además, se pudo comprobar que entre los años 2007 y 2009 los mismos proxenetas habían obligado a ejercer la prostitución callejera a estas mujeres en el barrio del Raval de Barcelona.
SITUACIÓN DE NECESIDAD
El grupo criminal estaba perfectamente estructurado y formado por ciudadanos rumanos, españoles y marroquíes. Captaban a las mujeres en Rumanía, aprovechando la situación de necesidad y vulnerabilidad en la que se encontraban ellas y sus familias. En el caso de las menores, los proxenetas les retiraban su documentación original para entregarles una fotocopia en la que alteraban su fecha de nacimiento, al objeto de superar las inspecciones policiales.
Una vez en España y para pagar la deuda contraída por el viaje, eran aleccionadas durante una semana en un piso de Barcelona para ejercer la prostitución; aquí las obligaban a memorizar frases concretas para atraer a los clientes aunque desconociesen el idioma.
Posteriormente, los proxenetas las trasladaban a los clubes de alterne con cuyos propietarios habían pactado previamente su explotación. Para ello, la organización, que ejercía un control absoluto de las víctimas, había diseñado un servicio de recogida y transporte desde sus domicilios a los locales, y viceversa. Por otro lado, además de ofrecer servicios sexuales en los clubes y cuando no había plaza en ellos, eran obligadas a prostituirse en diversas carreteras comarcales del Bages y del Valles occidental.
Las jóvenes eran prostituidas en horarios ininterrumpidos de diez y doce horas de martes a domingo, con excepción de los lunes. Los propietarios de los prostíbulos se beneficiaban del 40% de los ingresos obtenidos por los servicios sexuales y las consumiciones a las que los clientes invitaban a las mujeres.
La parte restante era repartida al 50% con los proxenetas; si bien, de esa parte también les era descontado el alojamiento, la manutención y la plaza del club, además del dinero que tenían que pagar por la deuda contraída con la organización. Con el dinero que restaba, apenas podían liquidar la deuda y enviar parte de esas ganancias a Rumanía para sus familias.
SUICIDIO EN UN VIADUCTO
En el transcurso de la operación, se ha identificado plenamente 26 víctimas, de las cuales cuatro fueron explotadas cuando eran menores. La documentación intervenida y las inspecciones realizadas en los prostíbulos desde el año 2002, permiten deducir que el número total de las mujeres explotadas supera ampliamente las 200, todas ellas extranjeras.
Entre las víctimas de esta organización está una joven discapacitada que fue obligada a prostituirse con la connivencia de su propia madre desde septiembre de 2009 en el club de Manresa, donde ejerció la prostitución durante varios meses. Finalmente, fue rescatada en un club de La Junquera el pasado mes de marzo. Además, se consiguió la desarticulación de otro grupo criminal responsable de su explotación en varios clubes o carreteras.
Entre sus víctimas había una menor que fue tratada y explotada sexualmente cuando solo tenía 16 años y una mujer de 24 años. Además, esta última era madre de un niño de corta edad que dependía económicamente de ella en Rumanía y que fue igualmente traficada por este grupo durante su minoría de edad, se arrojó al vacío desde un viaducto de la carretera C-58 y falleció.
Todas las mujeres localizadas por los agentes especializados en la lucha contra la trata han sido informadas de los recursos que tienen a su disposición como potenciales víctimas de Trata de Seres Humanos, siendo también asistidas y entrevistadas por una ONG especializada.

Mostrar comentarios