Cae una banda que robaba en chalés y casas rurales con diez detenidos

Alicante, 5 jul.- La Guardia Civil de Alicante ha desarticulado una banda que cometió medio centenar de robos en casas rurales y chalés de la provincia durante los últimos cuatros meses cuando sus moradores estaban ausentes, en una operación en la que han sido detenidas diez personas.

En el marco de la operación "Nueva Aura", los agentes se han incautado también de más de doscientas piezas de joyería y relojes en seis registros domiciliarios practicados en los municipios de Altea, Alfaz del Pi, Benidorm y Villajoyosa, según han informado hoy fuentes del Instituto Armado.

El grupo seleccionaba casas rurales y chalets, preferentemente viviendas individuales y con pocos vecinos.

Tras varios días de controlar la actividad de la casa y sus moradores, elegía los momentos en que estos no se hallaban en el domicilio para entrar a él, forzando siempre los puntos de acceso.

Sus objetos preferidos eran las piezas de joyería y electrónica, de escaso volumen y fácil salida en el mercado de reventa.

Al grupo delictivo se le imputa la autoría de cincuenta robos perpetrados en casas rurales y chalés de las comarcas alicantinas de la Marina Baixa y l'Alacantí.

Además de las piezas de joyería y relojes, la Guardia Civil ha intervenido más de 9.000 euros en efectivo, diez gramos de cocaína, más de cincuenta terminales de telefonía móvil, varios terminales informáticos, videoconsolas, cámaras fotográficas, una báscula de precisión y material para el corte y elaboración de droga.

Las detenciones se realizaron el pasado 28 de junio, aunque las investigaciones empezaron el pasado mes de abril, cuando la Guardia Civil detectó un aumento en el número de robos con fuerza en casas de campos y chalés ubicados en las citadas comarcas.

El núcleo principal de la banda estaba compuesto por seis personas, perfectamente organizadas y con las tareas definidas individualmente.

Dos de ellas eran los autores materiales de los robos, otra se encargaba de vigilar en las inmediaciones para avisar de la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o del regreso de los moradores.

Una cuarta desempeñaba labores de "coche lanzadera" para evitar controles policiales en los trayectos de ida y vuelta para la comisión del robo, y los dos últimos integrantes del grupo principal se dedicaban a establecer contactos con los posibles compradores de los objetos sustraídos.

Las cuatro personas restantes prestaban apoyos puntuales, según la complejidad de los robos, para ocultar los efectos sustraídos y también tareas de financiación del grupo con la venta de droga al menudeo.

Los efectos intervenidos estarán expuestos para su reconocimiento en el cuartel de la Guardia Civil de Altea hasta el próximo día 20, según las mismas fuentes.