Caso faisán. Elosua le dijo a su yerno que el objetivo del ‘chivatazo’ era “no fastidiar el proceso”


El dueño del bar ‘Faisán’ de Irún (Guipúzcoa) y presunto enlace del aparato de extorsión de ETA, Joseba Elosua, aseguró minutos después de haber recibido el ‘chivatazo’ que el objetivo de la delación, según le había explicado su interlocutor, era “no fastidiar el proceso”.

Así lo explicó el yerno de Elosua, Carmelo Luquin, en el juicio que la Audiencia Nacional está celebrando contra el antiguo jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y el inspector José María Ballesteros, a los que se acusa de ser los presuntos responsables de la delación que, el 4 de mayo de 2006, alertó a ETA de la operación que se iba a llevar a cabo contra su aparato de extorsión.
Luquin fue el encargado de llevar a Elosua hasta Bayona (Francia) tras recibir el chivatazo. El objetivo de este desplazamiento era alertar al miembro del aparato de extorsión de ETA José Antonio Cau Aldanur de la operación que se iba a llevar a cabo contra la banda terrorista. En ese trayecto, Elosua le relató a su yerno el contenido de la conversación que acababa de mantener.
Luquin dijo que su suegro le explicó que su interlocutor le había dicho que iban a detener a Cau Aldanur y que también le habló del dirigente del PNV Gorka Agirre, quien se encargaba supuestamente de intermediar entre ETA y los extorsionados.
El interlocutor, que para la Fiscalía era el propio Pamies, le dijo que era necesario “no fastidiar el proceso” y le habló de la “situación política”. También le había advertido que no hablará por su teléfono (estaban pinchados) y que estaba siendo vigilado.
El testigo también confirmó que su suegro estaba convencido de que la persona que le había llamado era un policía o un miembro de la Guardia Civil.

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