Cataluña. Mas dice presidir un gobierno de transición nacional y psc y c’s le reprenden su “huida hacia delante”


El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, proclamó hoy que el suyo es “el gobierno de transición nacional más potente desde el comienzo de la democacia”, mientras que el PSC y Ciutadans le acusaron de emprender una “huida hacia delante” con su adelanto electoral.
Mas hizo esta afirmación en la sesión de control en el Parlamento catalán a pregunta de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, quien se mostró convencida de que el adelanto electoral “irá bien”, como en Lituania, Letonia y Eslovenia, y reclamó que, mientras llega la hipotética victoria electoral, se construyan las consabidas "estructuras de Estado”, y Mas dé a todas sus iniciativas un cariz de transición nacional.
La primera oportunidad, dijo, será la tramitación de los presupuestos, que “se ha de aprovechar”. ERC los va a aprobar tras su acuerdo con Mas pese a haberlos criticado inicialmente por ser “autonómicos”.
“Éste ya es un gobierno de transición nacional, el más fuerte desde el comienzo de la democracia”, aseveró el presidente de la Generalitat, contando con los apoyos populares y asociativos que ha recibido y que permitieron el 9-N, a su juicio un “día espléndido desde muchos puntos de vista”. Mas sí que se comprometió a aprovechar los meses hasta el 27 de septiembre para completar las estructuras de Estado de Cataluña.
Precisamente contra este propósito había arremetido poco antes el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, quien recriminó a Mas que, aunque el presupuesto de la Generalitat dependa del Fondo de Liquidez Autonómica, malgaste el dinero en crear estructuras para un Estado que no puede construir, mientras se “prolonga la agonía” hasta las elecciones de septiembre en la “huida hacia delante que ha emprendido”.
"ESTADO PARALELO"
En esta línea, preguntó cuánto costará “la creación ficticia de este Estado paralelo” cuando podría destinar el dinero a mejorar el actual. Mas le contestó que Cataluña podría perfectamente pagarse esas estructuras si no fuera por el déficit fiscal, y aclaró que el coste de ellas supone “un porcentaje ínfimo” del presupuesto de la Generalitat.
Rivera insistió en criticarle el aumento de la deuda y Mas le recordó que siempre que una administración incurre en déficit se incrementa la deuda, sólo que ahora crece menos que antes.
También el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, tachó de “huida hacia delante” el adelanto electoral anunciado por Mas, y preguntó si no habría sido mejor esperar al resultado de las generales en España, porque además las autonómicas no pueden sustituir en ningún caso a un referéndum. El PSC ofreció en su día a Mas ayudarle a terminar la legislatura y a negociar una consulta acordada con el Gobierno central.
Mas preguntó a su vez “cómo lo hacemos” si el Gobierno no permite un referéndum y las elecciones autonómicas no pueden sustituirlo. Además, subrayó que el PSOE no ha dicho nada de ningún referéndum, sino que sólo ha mostrado su disposición a cambiar la Constitución en un sentido federal.
Desde el PP, Alicia Sánchez-Camacho preguntó al presidente catalán si cree positivo convocar elecciones cada dos años, a lo que Mas le contestó que el único motivo era el PP, por no haber permitido la celebración de un referéndum como en Escocia.
Camacho le auguró que perderá apoyos parlamentarios y seguirá diciendo que también es culpa del PP. Igualmente, ironizó que es normal que quiera convertir el Parlamento en sede de campaña, ya que CiU tiene la suya embargada.
"PACIENCIA DE SANTOS"
Mas recibió también críticas de la CUP, cuyo diputado Quim Arrufat calificó de “espectáculo lamentable” sus negociaciones para llegar a un acuerdo con ERC.
Arrufat bromeó que ERC había demostrado “una paciencia de santos” con él, pero insistió en criticar que el acuerdo no contenía ninguna reflexión sobre cómo hacer de las elecciones de septiembre unos comicios plebiscitarios y avanzar hacia la independencia, después de no haber aprovechado el 9-N para desobedecer al Estado.
El presidente de la Generalitat se defendió de esta última acusación recordando la querella que tiene pendiente por desobediencia por celebrar la consulta y subrayó que el acuerdo estuvo también abierto a la CUP y que estuvieron presentes en el mismo la Asociación Nacional Catalana y Ómnium Cultural. Por eso, preguntó a Arrufat si la CUP estaba por el proceso soberanista o sólo quería “dar caña al Gobierno de turno”.
Por último, el portavoz de ICV, Joan Mena, pidió a Mas su valoración de la nueva imputación del ex secretario general de CDC Oriol Pujol, supuestamente por hacer de facilitador a empresas deslocalizadas de Cataluña dejando en la calle a trabajadores catalanes.
Mas le contestó que la culpabilidad o no de Pujol la decidirán los tribunales, y que la Generalitat procuró recuperar las instalaciones que dejaron esas empresas para que las nuevas instaladas mantuvieron el empleo.

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