Los despidos alcanzarán el lunes a 730 de los 1.200 trabajadores de la Usina Térmica Río Turbio, de la firma española Isolux, obra puesta bajo auditoría ante sospecha de sobreprecios por el gobierno del presidente Mauricio Macri, informaron fuentes sindicales el viernes en Buenos Aires.
Uno de los orígenes del conflicto fue la pérdida de respaldo financiero que le prodigaban a Santa Cruz (extremo austral) los exmandatarios Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa, Cristina Kirchner (2007-2015), peronistas de centroizquierda.
Los trabajos se detuvieron ante la falta de carbón y la crisis administrativa de la estatal Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), responsable de alimentar a la Usina.
En los doce años de kirchnerismo la provincia fue beneficiada con fuerte respaldo financiero y fomento a las obras públicas, además de cobijar el ascenso meteórico de un grupo empresario local, el de Lázaro Baez, ahora caído en desgracia.
La cuñada de Cristina Kirchner, la exministra nacional de Desarrollo Social, debió viajar de urgencia a Buenos Aires para pedir el auxilio financiero de Macri, pero no lo consiguió.
También están frenadas obras de dos represas hidroeléctricas presupuestadas en 4.700 millones de dólares con financiación de bancos chinos. Unos 1.000 trabajadores no cobran sus salarios.
Otros 300 trabajadores han sido despedidos de la administración provincial.
En todo el país, los despidos suman más de 20.000 trabajadores estatales, según denunciaron fuentes gremiales que preparan una huelga nacional del sector y movilizaciones para el 24 de febrero.
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