Ciudadanos y cientos de periodistas a la espera del juicio del siglo en China

  • Apenas 24 horas antes de que arranque en la ciudad oriental de Jinan el "juicio del siglo" en China contra el exdirigente Bo Xilai, defensores del político, "peticionarios" y cientos de periodistas se agolpaban hoy a las puertas de la el tribunal.

Paloma Almoguera

Jinan (China), 21 ago.- Apenas 24 horas antes de que arranque en la ciudad oriental de Jinan el "juicio del siglo" en China contra el exdirigente Bo Xilai, defensores del político, "peticionarios" y cientos de periodistas se agolpaban hoy a las puertas de la el tribunal.

Han pasado 17 meses desde que Bo, exjefe del Partido Comunista chino (PCCh) de la municipalidad de Chongqing (centro), fuera destituido de su cargo tras la salida a la luz de un escándalo de corrupción a raíz del asesinato de un empresario británico, Neil Heywood.

Tanto reporteros como ciudadanos de a pie llegaron desde primera hora de hoy a la entrada del Tribunal Intermedio de Jinan, un edificio de estética comunista blindado por decenas de policías para la ocasión.

Varios defensores de Bo Xilai, que tendrá que responder en la vista a los cargos de soborno, malversación y abuso de poder, aprovecharon la atención mediática para desplegar pancartas a su favor y reclamar, como ha hecho la familia del acusado, un "juicio justo".

"Estamos vigilando el juicio de Bo para ver si es justo", rezaba uno de los carteles, que varios agentes de policía obligaron inmediatamente a retirar.

Sin mencionar a Bo de forma específica, también algunos "peticionarios" (ciudadanos que se acogen a una ley imperial para reclamar ante el poder central las disputas contra sus gobernadores) aprovecharon la coyuntura para exponer las injusticias del sistema judicial y político chino.

Uno de ellos, que no quiso identificarse, alborotó el ambiente al denunciar a voz en grito que "todos los políticos son unos corruptos" y criticar la falta de independencia del sistema judicial, aunque, al ser preguntado cuál era su caso, prefirió no responder por temor a ser detenido.

Pero hay pocas probabilidades de que el juicio contra Bo, cuyo final y fecha de sentencia aún no han sido anunciados, sea justo y transparente.

Aunque el Gobierno ha definido el juicio como "público", hay pocos detalles -salvo los espontáneos episodios protagonizados por los defensores de Bo y los "peticionarios"- que se escapen de su control.

Así, el registro y acceso de periodistas a la sala se encuentra estrictamente controlado, y se cree altamente improbable que los cientos de periodistas de todo el mundo que han viajado a la ciudad -a más de mil kilómetros de Chongqing, el centro de poder de Bo- tengan acceso a algo más que a las vistas desde fuera del tribunal.

Tan sólo tres periodistas de medios oficiales chinos podrán entrar en la sala.

Por ello, se teme que poco se sepa sobre el testimonio de Bo en el juicio, aunque algunas informaciones aseguran que se declarará culpable de corrupción pero no de abuso de poder.

Tampoco se ha confirmado si comparecerá como testigo su esposa, Gu Kailai, condenada el año pasado a pena de muerte por el asesinato de Heywood pero cuya sentencia se podría conmutar por cadena perpetua por buen comportamiento en el plazo de dos años.

Si Gu llegara a declarar, también se ignora si lo haría para apoyar o para condenar a su marido.

Lo que sí parece claro es que el "príncipe rojo", como se le conocía en China por retomar en Chongqing viejas costumbres maoístas que le granjearon numerosos enemigos en el PCCh, será declarado culpable.

La gran incógnita será qué pena se le impone, aunque las autoridades ya han dejado claro que el veredicto se dará a conocer en una fecha posterior tras el final de la audiencia.

La mayoría de los analistas descarta, no obstante, que se le imponga la pena capital, pues Bo no deja de ser un "príncipe" de la elite comunista

En cualquier caso, aunque teóricamente será la audiencia que comienza mañana la que decida su futuro, su destino ya fue escrito hace tiempo por los mandamases del Partido Comunista. El juicio se limitará a sellarlo. EFE

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