Coalición, programa, egos: qué pasó en el encuentro de la ruptura entre Podemos e IU

    • La historia del desencuentro se narra de forma distinta según las partes.
    • En el fondo subyace la 'alergia' de Podemos a IU. "Hicieron un paripé", opinan desde el partido de Garzón.
Iglesias y Garzón, en un encuentro este pasado verano.
Iglesias y Garzón, en un encuentro este pasado verano.

La larga historia de encuentros y desencuentros entre Podemos e IU tuvo un imprevisto punto y final (al menos, de momento) este martes, cuando, por sorpresa, los de Iglesias dieron portazo a la negociación con Garzón para concurrir a las generales en una candidatura conjunta.

La reacción de la formación 'morada' fue del todo imprevista, más aún para los de Garzón. El encuentro, celebrado sólo unas horas antes, había transcurrido con la máxima voluntad de entendimiento, incluso se habían emplazado a un nuevo encuentro, para este mismo jueves. Iglesias explicó, vía comunicado, que daba por rotas las negociaciones ante la exigencia de IU de plantear como "requisito irrenunciable" la conformación de una coalición entre IU Federal y Podemos, una "lógica de acuerdos entre partidos que nunca ha estado en la hoja de ruta de Podemos", explicó el partido. De nuevo, el fantasma de la coalición. Desde IU, acusaron a los de Iglesias de actuar de forma "unilateral".

Las versiones de lo sucedido en el encuentro, celebrado en la sede de Podemos, difieren desde entonces, y notablemente, según quién las cuente. También sus razones. Para el partido emergente, la culpable es la fórmula de la coalición exigida por IU. Para IU, la incapacidad de la formación morada de entender que existe izquierda más allá de su partido y que es necesario concurrir unidos.La fórmula jurídica

Podemos afirma que en la reunión del martes se planteó una coalición de carácter jurídico con Izquierda Unida y recuerda que la formación morada rechazó esta fórmula. Desde Podemos se había urgido a Garzón a desprenderse de la "mochila" de IU, a prescindir de las siglas para diluirse en el proyecto morado y figurar como independiente en una de las listas, previsiblemente la de Málaga. Garzón anunció a mediados de septiembre su intención de concurrir a las primarias de Ahora en Común, plataforma creada para facilitar la confluencia con Podemos y que, en la práctica, y tras el abandono de Equo y parte de sus promotores, se ha convertido en una IU diluida.
En la práctica, cualquier candidatura conjunta debía pasar por la fórmula de la coalición, que Podemos rechaza.

En la nota remitida por Podemos en la tarde del martes, el partido emergente afirmaba que se había trasladado como "requisito irrenunciable la conformación de una coalición" entre IU y la formación de Iglesias. Esto es, una fórmula que, recordaban, nunca ha estado presente en la hoja de ruta determinada en la asamblea fundacional de Vistalegre. "No se trata de sumar siglas, sino voluntades", advirtieron los de Iglesias.

En aquella asamblea fundacional, hace un año, las bases aprobaron una estrategia que supone un rechazo a cualquier instrumento que no implique que la marca de Podemos irá sobre otras, evitando en cualquier caso la sopa de siglas. Esto es, evitando las coaliciones con cualquier partido de ámbito estatal. La solución que los de Iglesias ponían a IU eran acuerdos territoriales en los que sus dirigentes fueron colocados en las listas de una candidatura Podemos-X (X sería el espacio de confluencia de cada territorio) y que los posibles socios fuesen integrados en los huecos de sus listas.

Pero la fórmula de la coalición tiene más importancia de la que parece. Implica que la inscripción de la candidatura en el registro del Ministerio de Interior sea una suma de dos siglas, de dos partidos identificables, de forma que ambos se repartirán también la financiación que establece la legislación según los resultados electorales. Según fuentes de las negociaciones, IU habría exigido que sus siglas figurasen como tal en ese registro.

Desde IU lo niegan y aseguran que en Podemos sabían que todo era negociable y que la reunión se planteó como un marco de aproximación satisfactorio. Incluso la propuesta de que Garzón concurriese por Málaga podriá ser aceptada. "No queríamos hablar de números, no queríamos que eso fuese un problema porque todo era negociable", afirma Toni Valero, secretario de organización de IU, presente en el encuentro.

Según su versión, en la reunión se plantearon "cosas sencillas", como "qué tipo de campaña tendría que darse de cara a tener una candidatura unitaria, hablamos también en términos programáticos, y si las diferencias eran salvables o no. Del papel que tenía que jugar 'Ahora en común', que para nosotros es una plataforma que tendría que formar parte de esa candidatura. Pero no nos plantearon ninguna situación de bloqueo.Evidentemente, había diferencias en muchas cosas, pero no líneas rojas". Según Valero, "era evidente que en Podemos no tenían margen, e hicieron un paripé". El encuentro duró hora y media y las dos partes se emplazaron a una nueva reunión que habría de celebrarse este jueves.Las diferencias de programa

En el fondo de la cuestión subyace que IU siempre ha dado 'alergia' a Podemos. La dirección es recelosa de la dependencia a un socio, IU, con un proyecto político "agotado", en palabras del propio Iglesias, y que éste acabase lastrándole como fuerza nueva y contagiándole de vicios de vieja política que en el fondo atribuyen también a la formación de izquierda. En IU resuenan aún aquellas palabras del entonces número tres, Juan Carlos Monedero, en las que advertía de que su formación no sería la "UCI de ningún partido del régimen del 78", en clara alusión a IU.

Las declaraciones fueron secundadas por toda la cúpula morada y generaron un indisimulado malestar entre la dirección de Cayo Lara. Tampoco desde Podemos están dispuestos a que los acuerdos les hagan perder la senda de la moderación, marcada por el responsable de estrategia, Íñigo Errejón, y con la que se pretende ganar voto en el centro crítico con el bipartidismo. Podemos ultima el programa con el que concurrirá a diciembre y que prevé presentar a mediados de este mes.

En el documento no se incluirán medidas estrella en las pasadas europeas, y que parecían incuestionables en el ADN del partido, como el impago de la deuda, la nacionalización de sectores estratégicos o la renta básica. Cuestiones defendidas por IU desde hace años y que considera prácticamente irrenunciables. Podemos quiere evitar ahora que le asocien a la radicalidad, a la izquierda de la izquierda. Y Garzón reivindica también ahora para sí a la "izquierda auténtica y sin ambigüedades".Desde IU reconocen diferencias programáticas, que podrían haberse vuelto encontradas a un acuerdo con los de Iglesias.

"Sabemos que hay distancias, pero no nos han dicho que fuese el motivo de la ruptura. Quizás sí, quizás no querían un viraje al republicanismo o a las nacionalizaciones, que para nosotros son muy importantes", concluye. En cualquier caso, insiste, siempre habrían estado dispuestos a negociar y a encontrar acuerdos programáticos "para que cada parte pueda continuar después con sus planteamientos de máximos".Los egos

"Nosotros no pusimos ninguna condición de tipo personal. No dijimos nombres. En absoluto. Pero si por la otra parte tienen dificultades a la hora de mover su silla en la confluencia, me parecería realmente triste", opina Valero. La cuestión de los 'egos' personales ha estado sobrevolando desde el inicio de las negociaciones.Tanto Iglesias como Garzón defienden sus espacios. Y su capacidad para liderar la izquierda de la izquierda, un papel jugoso. "Podemos no entiende que para romper con el régimen es necesario una candidatura fuerte, la izquierda tiene que estar presente. Ellos están agarrados a ese iceberg de la centralidad y al mismo tiempo desaprovechando la oportunidad de una ruptura. Está claro que no entienden la pluralidad", consideran desde IU.

Podemos no desea sombras a sus liderazgos y reivindican que la izquierda más extrema estaba prácticamente liquidada hasta su irrupción, el año pasado. La postura de IU es vista por muchos como oportunista. Y he aquí, en el fondo, la verdadera razón del desencuentro.Los plazos

Iglesias urgía a Garzón a definir cuánto antes su integración en Podemos. Y los plazos no le daban margen. En Podemos querían que las listas estuviesen ultimadas en la segunda quincena de octubre, pero las primarias de Ahora en Común serán el 20 de octubre y la proclamación del candidato el 29. Los tiempos resultaban demasiado apurados. Con la proclamación ese día restaba apenas una semana para que expirase el límite legal para presentar las candidaturas para el 20-D. "Cualquier acuerdo político con otra formación tiene que estar cerrado mucho antes. "No es posible llegar al 5 de noviembre con el debate político-programático sin hacer", advirtió Bescansa "en la segunda semana de octubre inevitablemente".

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