Coches a 200 kilómetros por hora llevaban droga a francia


La Guardia Civil y la Gendarmería Nacional Francesa han desarticulado otra banda que se dedicaba a llevar droga al país galo en coches que alcanzaban en carretera los 200 kilómetros por hora.
Según informó el Instituto Armado, en la operación, realizada a la vez en ambos países, han sido detenidas 20 personas e intervenidos 1.550 kilogramos de hachís; 240 gramos de cocaína; 67.500 euros; y nueve vehículos de alta gama.
La droga era trasladada desde España a Francia con el método denominado “go fast routier”, que consiste en transportar la mercancía en vehículos de alta gama a velocidades superiores a 200 kilómetros por hora. Otros coches viajan de forma simultánea para hacer labores de contravigilancia y alertar sobre una posible presencia policial en la carretera.
En España, la base de operaciones del grupo delictivo se ubicaba en la provincia de Almería, desde donde uno de sus miembros mantenía los contactos con los proveedores del hachís afincados en Marruecos.
MUY PELIGROSO
La droga era introducida en España mediante alijos en la playa, desde donde un tractor sacaba del agua la embarcación con la droga y la trasladaba en un remolque hasta un almacén, donde se depositaba el estupefaciente hasta su envío a Francia.
La Benemérita destacó que el método “go fast routier” de transporte de droga es “altamente peligroso” tanto para los agentes investigadores como para el resto de usuarios de las carreteras. El riesgo estriba en que los detenidos conducen de forma temeraria “con desprecio hacia la vida de los demás”.
La desarticulación de esta banda ha sido posible mediante los sistemas de cooperación internacional establecidos entre España y otros países, que permitió detectar una conexión entre una investigación que llevaba a cabo la Guardia Civil y otra de la Gendarmería Nacional Francesa. Esto motivó la creación de un equipo conjunto de trabajo entre ambos cuerpos de seguridad con el fin de desarticular la organización criminal.
Durante la investigación, los agentes comprobaron que la organización era liderada por una persona de origen marroquí asentada en Francia, que se encargaba de organizar toda la infraestructura necesaria y de determinar las personas integrantes de la red que debían acompañarle en sus viajes a España con el fin de coordinar la compra y traslado del estupefaciente.

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