Comisionado cree que el paseíllo de la infanta no afectaría a la Marca España

  • El Alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha rechazado hoy que incida "para nada" en la imagen de España si la infanta Cristina hace o no el "paseíllo" ante las cámaras por la rampa que da acceso a los juzgados de Palma cuando declare como imputada por el "caso Nóos".

Madrid, 15 ene.- El Alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha rechazado hoy que incida "para nada" en la imagen de España si la infanta Cristina hace o no el "paseíllo" ante las cámaras por la rampa que da acceso a los juzgados de Palma cuando declare como imputada por el "caso Nóos".

Preguntado durante la presentación de un informe de Deloitte sobre inversión extranjera en España, Espinosa de los Monteros ha considerado que el detalle de si la infanta entra por una puerta o por otra puede ser importante para la "cultura interna" o los "lectores de magazines", como "unas declaraciones de Belén Esteban", pero no para un público internacional.

Según el comisionado, España no padece una imagen de país corrupto, al igual que no se tiene esa percepción de otras naciones como Francia, Italia o Alemania, a pesar de que en ellas también se den casos de corrupción.

Sí ha admitido que en España hay un problema procesal, debido a la lentitud de la justicia, lo que fomenta "recrearse" en casos -como ejemplo ha mencionado los problemas de José María Ruiz Mateos- que en otros países se resuelven antes.

En cuanto al hecho de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no vaya a asistir al foro económico mundial de Davos (Suiza), ha explicado que "no se puede estar en todos los sitios" y que se trata de un lugar "para escuchar y transmitir doctrina", por lo que a su juicio su ausencia no tendrá "especial repercusión".

Tampoco tiene relevancia para la imagen del país, a su juicio, el conflicto del Canal de Panamá, pues se produce entre una empresa privada (Sacyr) y la Autoridad del Canal (ACP), no entre unos gobiernos que mantienen magníficas relaciones, y por un problema económico, no técnico.

En todo caso ha opinado que este conflicto surgido por las divergencias sobre quién debe asumir los sobrecostes de 1.600 millones de dólares acabará por tener una solución.

Sobre el debate soberanista catalán, ha admitido que "no ayuda" y que de cara a los inversores puede generar "cierta inquietud", pero también ha señalado que es "muy interno" y que tanto el mensaje del Gobierno español como de los organismos internacionales es "muy claro" al respecto.

Sí ha admitido que han suscitado "inquietudes" y "preocupaciones" entre los inversores internacionales los cambios e indefiniciones en el marco regulatorio energético, y ha dicho que es un asunto que surge "con cierta frecuencia" en las reuniones con empresarios extranjeros.

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