Corea del Sur, en alerta ante el súbito vacío de poder en el Norte

  • La muerte de Kim Jong-il puso hoy en alerta a Corea del Sur, que extremó la vigilancia militar en la frontera y declaró el estado de emergencia del Gobierno en medio de la incertidumbre sobre las perspectivas del diálogo nuclear.

Seúl, 19 dic.- La muerte de Kim Jong-il puso hoy en alerta a Corea del Sur, que extremó la vigilancia militar en la frontera y declaró el estado de emergencia del Gobierno en medio de la incertidumbre sobre las perspectivas del diálogo nuclear.

El fallecimiento del dictador disparó automáticamente las alarmas de la Administración y las Fuerzas de Seguridad del país vecino, que se encuentra técnicamente en guerra con el Norte después de que el conflicto que las enfrentó (1950-1953) concluyera con un armisticio en lugar de un Tratado De Paz.

La inestabilidad a la que se enfrenta Pyongyang, un país con capacidad nuclear, ante el súbito vacío de poder hizo que el Estado Mayor surcoreano ordenara a todas sus unidades situarse en alerta poco después de que la televisión estatal norcoreana anunciara a las 12.00 hora local (03.00 GMT) la muerte de Kim.

Además, el Mando Conjunto de las Fuerzas surcoreana y estadounidense (que mantiene cerca de 28.000 efectivos en el país asiático) incrementó hoy su actividad y el número de soldados a lo largo de la frontera con Corea del Norte.

"Estamos vigilando de cerca la Zona Desmilitarizada, la Zona de Seguridad Conjunta y la Línea Límite Norte (LLN) ante las posibilidad de que haya provocaciones por parte de Corea del Norte", dijo a la agencia Yonhap un oficial del Estado Mayor surcoreano, en alusión a las tres zonas fronterizas donde existe más tensión.

Por su parte, los altos mandos militares de Seúl y Washington optaron por mantener en el nivel tres el llamado "Watchcon", la escala de vigilancia de actividades norcoreanas, en lugar de elevarla al nivel dos, para no crear una sensación de crisis innecesaria.

La última vez que Seúl elevó el "Watchcon" al nivel dos fue inmediatamente después del ataque con artillería sobre la isla de Yeongpyeong por parte de Corea del Norte, en noviembre de 2010, que costó la vida a dos civiles y dos militares.

Aun así, el Ejército sí evalúa la posibilidad de elevar el Defcon (una escala de alerta de combate de cinco niveles) del grado cuatro al tres, indicaron fuentes militares a la agencia surcoreana Yonhap.

De forma paralela, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, y el de EEUU, Barack Obama, acordaron colaborar estrechamente para gestionar la situación, en una conversación telefónica mantenida poco después de que se conociera la muerte del líder norcoreano.

El fallecimiento de Kim Jong-il aumenta la incertidumbre con respecto al reinicio de las negociaciones a seis bandas, estancadas desde 2008, que buscan la desnuclearización de Pyongyang, empeñado en retomar el diálogo sin condiciones previas.

Washington y Seúl, con el apoyo de Japón, que también participa en la ronda con Rusia y China, mantienen inalterable su postura de que no habrá más reuniones si el régimen no cesa su programa de enriquecimiento de uranio y permite la entrada de inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Hoy, el presidente surcoreano fue también contundente al ordenar a altos cargos y funcionarios de la Administración que se posicionen en estado de emergencia, lo que implica que deben estar localizables en todo momento y no tendrán una sola libranza hasta que la alerta sea desestimada.

En la Asamblea Nacional, los principales partidos acordaron la celebración de reuniones de emergencia entre sus representantes y también de los comités parlamentarios de Asuntos Exteriores, Comercio y Unificación y Defensa Nacional e Inteligencia.

Todo ello para minimizar el impacto que pueda tener en Corea del Sur la muerte del dictador del aislado e imprevisible país al otro lado del paralelo 38.

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