El jurado declara culpable de homicidio a la acusada del crimen de la heladería de Sevilla

  • Los miembros del jurado le aplican la atenuante de confesión pero no la de encontrarse bajo los efectos del alcohol
EUROPA PRESS

Un jurado popular ha declarado este martes por unanimidad culpable de un delito de homicidio a María del Carmen Q.B., la mujer acusada de la muerte de un hombre de 62 años de edad cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el día 9 de enero de 2016 en un congelador de la heladería 'Otoño' del barrio de la Macarena de Sevilla.

En un veredicto hecho público en la mañana de este martes en la Audiencia Provincial de Sevilla, el jurado, compuesto por seis mujeres y tres hombres, ha considerado culpable por unanimidad a la acusada de "haber dado muerte intencionadamente" a la víctima.

Asimismo, el jurado ha apreciado en la acusada la atenuante de confesión, ya que tras ocurrir los hechos acudió a la Comisaría de la localidad de Dos Hermanas para contar lo sucedido, pero no la de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas cuanto mató al fallecido.

De este modo, ha considerado probado que los hechos tuvieron lugar entre las 5,00 y las 8,00 horas del día 9 de enero de 2016 en el interior de la heladería que regentaba la acusada, cuando, "en el curso de un enfrentamiento surgido por motivos no aclarados", María del Carmen "golpeó fuertemente en la cabeza con un objeto contundente no determinado" a la víctima, "haciéndole caer al suelo, inconsciente o fuertemente conmocionado".

Según el jurado, a continuación, "y con ánimo de acabar con su vida", la investigada "se colocó de rodillas sobre el pecho" del fallecido "y le estranguló con un cable u objeto similar, causando así su muerte por asfixia".

CONFESIÓN

Los miembros del jurado han aplicado a la acusada la atenuante de confesión al considerar probado que, tras llamar a sus hermanos y contarles lo sucedido, se presentó en la Comisaría de Dos Hermanas sobre las 17,30 horas y manifestó "confusa y reiterativamente a los sorprendidos agentes de servicio que había matado a un hombre y que había escondido el cadáver en una heladería".

El jurado ha dado por probado que esto "determinó la inmediata comparecencia en el lugar de los hechos de agentes de la Policía, que comprobaron que era cierto lo relatado por María del Carmen, que facilitó con ello el descubrimiento del delito y de su propia responsabilidad".

En cuanto a la atenuante de actuar bajo los efectos del alcohol, el jurado considera no probado por unanimidad que, en el momento de los hechos, la acusada "se encontraba en un estado de disminución muy importante de la capacidad de controlar sus actos y de conocer su gravedad y sus consecuencias", estado "provocado por la intensa embriaguez que había alcanzado tras estar bebiendo todo el día y la noche anteriores a los hechos y agravado por su alcoholismo crónico", lo que ha descartado el jurado.

DESCARTA LA ATENUANTE POR EL CONSUMO DE ALCOHOL

Para descartar esta atenuante, los miembros del jurado han tenido en cuenta la declaración de los dos policías locales que acudieron la mañana de los hechos a la heladería, uno de los cuales dijo que la imputada "tenía síntomas de tener resaca, no ebria" y que hablaba "serena", mientras que el otro agente señaló que estaba "normal, tranquila y coherente".

Este policía aseguró en su declaración que, en un momento dado, la acusada les dijo "de forma clara" que no podían inspeccionar la heladería sin orden judicial porque "era su casa".

Tras conocer el veredicto del jurado, la Fiscalía, que pedía inicialmente para la acusada ocho años y medio de prisión, ha elevado su petición a once años de cárcel, mientras que las dos acusaciones particulares que ejercen la familia del fallecido han solicitado once y doce años de cárcel, respectivamente.

METIÓ EL CUERPO EN EL CONGELADOR POR "MIEDO" Y "PÁNICO"

Por su parte, la abogada de María del Carmen ha interesado que la pena no supere los diez años de prisión, dado que se ha aplicado la atenuante de confesión y que carece de antecedentes, anunciando un posible recurso para que se le aplique también la atenuante por el consumo de alcohol.

En su declaración en el juicio, la acusada aseguró que no recuerda "casi nada de lo ocurrido" porque estaba "muy borracha", señalando que una de las cosas que recuerda es que metió el cadáver en el congelador por "miedo y pánico".

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