Díaz decide esperar para liderar al PSOE y allana el camino de Madina y Sánchez

Tras la renuncia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a liderar el Partido Socialista, y ante el silencio de Carme Chacón, la carrera para hacerse con la Secretaría General del PSOE ha quedado limitada, salvo sorpresas de última hora, a dos candidatos con opciones: Pedro Sánchez y Eduardo Madina. Apartir del viernes deberán recoger 10.000 firmas de militantes, el 5% del total, antes de formalizar su candidatura.

La candidata andaluza ha optado por dedicarse a la Comunidad de Andalucía y esperar para coger las riendas del PSOE unos años más, ante unas elecciones generales que se celebrarán en 2015 que no se presentan fáciles para los socialistas. Mientras, la ex ministra de Rodríguez Zapatero también ha decidido no precipitarse, una vez que no le ha sentado bien de cara a liderar el PSOE apartarse durante meses de la primera línea política.

Sánchez y Madina cuentan como principal baza con la juventud -el primero tiene 42 años y el segundo, 38- y llegan con propuestas para renovar el partido y sus ideas con la legítima intención de acercarse a la sociedad. Ambos tienen apoyos del viejo aparato, tan incómodos como necesarios, para lograr sus fines de encabezar la lista de los socialistas.

Madina cuenta con un importante respaldo de dirigentes del partido -la clave será ver a dónde irán los que hasta ahora han apoyado a Díaz- y su imagen es más conocida, tanto entre los socialistas como los que no lo son, que la de Sánchez. Mientras, éste, que lleva meses jugando sus bazas para liderar el PSOE, en una carrera de fondo en la que ha recabado apoyos entre las juventudes y las bases, puede ser la carta de Ferraz para competir con un PP, que en el Gobierno ha logrado en principio superar una de las peores crisis que ha vivido España.

Pedro Sánchez, que ha sabido mantener la calma y hacer menos ruido que Madina, podría contar ahora con más apoyos, muchos de los que hasta ahora respaldaban a la andaluza. Además, tiene como padrino tiene al sempiterno José Blanco, que todavía tiene un importante peso en el aparato.

Si Pedro Sánchez lograse el respaldo de los socialistas el próximo 13 de julio, podría optar a la presidencia del Gobierno con 43 años, la misma edad con la que consiguió la ser presidente del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, tras lograr la secretaria general del PSOE en dura competencia con pesos pesados del socialismo como José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez. Será fundamental ver dónde irán los votos del Partido Socialista de Catalunya, que en 2000 dieron la victoria a Zapatero frente a José Bono. Mientras, Madina tendría la misma edad con la que Zapatero perdió sus primeras elecciones.

La discreción de Sánchez y su discreta estrategia, además de su afán reformista, tiene similitudes con las del también diputado José Luis Rodríguez Zapatero. El madrileño cuenta además con experiencia en la administración y en la gestión pública, además de la política, a diferencia del candidato Madina y el ex presidente del Gobierno antes de asumir el cargo.

Sánchez anunció hace meses su intención de presentarse a las primarias socialistas para elegir candidato a la Presidencia del Gobierno y es el favorito del aparato del partido, el que cuenta con más respaldo de nivel y, además, el que más ha trabajado a pie de calle para atraerse el apoyo de los militantes.

Su nombre, pese a que sus intenciones han quedado claras en numerosas ocasiones, había pasado prácticamente inadvertido, eclipsado por otros candidatos y sus declaraciones como la ex ministra Carme Chacón y el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina.

Sánchez, profesor universitario de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico y mano derecha de ex ministro José Blanco, es diputado desde enero de 2013 gracias a la renuncia al escaño de Cristina Narbona. También lo fue entre 2009 y 2011 por la renuncia como diputado del ex ministro de Economía, Pedro Solbes.

Sánchez, que ha alternado la política con la actividad docente, ha sido concejal del Ayuntamiento de Madrid durante dos legislaturas, ocupando responsabilidades en las áreas de Economía, Urbanismo y Vivienda. En el Ayuntamiento ha trabajado con la exministra Trinidad Jiménez y se convirtió en una pieza clave del Grupo Socialista municipal.

Mientras, seguía trabajando para José Blanco. Sánchez es doctor en Economía, ha sido profesor de universidad, jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia y asesor en el Parlamento Europeo.Joven, discreto y bien preparado

La joven promesa socialista dice que en su ánimo "está sumar" e impulsar un "cambio profundo en cuanto a la dirección, al proyecto político y la forma de hacer política" de su partido.

"En mi ánimo está sumar, que el PSOE acierte en un momento crítico y muy difícil y hacer del congreso un cambio de verdad y auténtico. Todos los que creemos en el cambio estamos llamados al congreso. Aprovechemos esa oportunidad para canalizar las ganas de cambio que tiene la sociedad", dijo.

El pasado enero dejó entrever, en un programa de Cuatro, su disposicón a participar en la carrera de las primarias, asegurando de que España a exige políticos valientes y que iba "a remar", aunque aseguro que desconocía desde que posición.

En los últimos meses ha recorrido 30.000 kilómetros para hablar con los militantes, que le han instado a cambios profundos en el PSOE, con el fin presentar su candidatura a las primarias.

Sánchez ha hecho un trabajo de campo muy importante y ha visitado, además de Madríd, Galicia, Baleares y Castilla y León. Entre sus respaldos, además de Blanco y Rubalcaba, una buena parte de los dirigentes de las juventudes socialistas y los diputados más jóvenes.

Como coordinador de la Conferencia Política del PSOE, que votó el modelo de primarias, ha participado en actos de partido y en tertulias de televisión, para aclarar como se desarrolla el citado proceso.

Pedro Sánchez, de 42 años, ocupa el escaño que dejó vacante la exministra Cristina Narbona y dentro de la PSOE se le ve más preparado que Eduardo Madina para tomar las riendas del partido.Lo qué opina Sánchez

Sánchez es un economista discreto, aunque desde hace varios meses sus intervenciones televisivas y radiofónicas han empezado a ser cada vez más frecuentes. Siempre con un tono sosegado, Sánchez se ha pronunciado sobre temas de actualidad y ha dejado clara su postura sobre la Monarquía, el modelo de Estado, Cataluña o la reforma constitucional.

El socialista madrileño considera que el pacto constitucional está roto, fundamentalmente por el proceso secesionista abierto en Cataluña, y por eso es necesario reformarlo y renovarlo. Sánchez considera urgente una reforma de la Constitución, para impulsar el bienestar y el progreso, e ir a una España federal", ha afirmado, en línea con la posición oficial del PSOE.

El socialista ha abogado por una profunda reforma institucional, que refuerce el Estado autonómico, haciéndolo más barato, y también por una reforma del sistema electoral.

Con respecto al proyecto de ley de abdicación del Rey, Sánchez ha manifestado, que el alma del PSOE es republicana, pero también constitucional, por eso votará sí al proyecto. Al tiempo, se ha mostrado partidario de dar libertad de voto en este tema y en acabar con el principio de inviolabilidad del Rey, algo que considera inexcusable.

En otra de sus intervenciones, se mostró muy crítico con la jueza de los ERE falsos, Mercedes Alaya, asegurando que sus decisiones no eran casuales. Puso como ejemplo la imputación del ex director de la Junta de Andalucía durante la campaña electoral o el anuncio del acto de encarcelamiento del mismo al tiempo que Izquierda Unida votaba un gobierno de coalición con los socialista en Andalucía.

Sánchez, que fue coordinador de la ponencia económica de la Conferencia Política del PSOE, planteó en 2013 la gratuidad de la luz a la familias con necesidades económicas, garantizándoles siempre el suministro de agua y electricidad.

En materia económica, muchas de sus intervenciones en el Congreso han girado en torno a las pequeñas y medianas empresas y los autónomos y ha abogado por mercado más abiertos, poco regulados y con competencia. Su apuesta, según asegura, es la liberalización, no la privatización.