Dimite el enviado de EE.UU. para Oriente Medio, Dennis Ross

  • El enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Dennis Ross, el hombre clave de Estados Unidos en la región, presentó su dimisión al cargo, informó hoy la residencia presidencial.

Macarena Vidal

Washington, 10 nov.- El enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Dennis Ross, el hombre clave de Estados Unidos en la región, presentó su dimisión al cargo, informó hoy la residencia presidencial.

El anuncio representa un revés para la Casa Blanca, donde Ross, un veterano diplomático que colaboró tanto con Gobiernos demócratas como republicanos, era la persona de referencia sobre Oriente Medio e Irán desde su llegada al cargo, en febrero de 2009.

En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó que Ross, cuyo título oficial era el de asesor especial de la Presidencia para Oriente Medio, "ha tenido un historial extraordinario de servicio público y un miembro clave del equipo del presidente durante casi tres años".

Según Carney, inicialmente Ross, de 62 años, se había comprometido a permanecer en su cargo sólo dos años, pero prorrogó su estancia al surgir los movimientos de agitación civil en Oriente Medio para reclamar medidas democráticas en los países árabes.

"Dennis ha sido un contribuyente notable a este Gobierno", afirmó el portavoz, quien destacó el papel del enviado en la respuesta de Washington a los movimientos de agitación civil en Oriente Medio este año y su protagonismo para imponer sanciones contra el programa nuclear iraní.

En un comunicado, Ross atribuyó su decisión a una promesa que había efectuado a su mujer de no permanecer más de dos años en la Administración.

Como enviado del Gobierno del presidente Barack Obama para Oriente Medio, Ross fue clave para diseñar la política de la Casa Blanca hacia la región, aunque abandona el puesto sin haber logrado el gran objetivo que proclamó el presidente a su llegada al poder en enero de 2009, un acuerdo entre israelíes y palestinos.

De hecho, ese acuerdo parece hoy más lejano que nunca, pese a las intensas negociaciones entre bambalinas para lograr que las partes regresen a la mesa de negociaciones abandonada hace catorce meses, cuando expiró la moratoria israelí sobre la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos en Cisjordania.

El pasado septiembre, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) solicitó el ingreso como Estado de pleno derecho en la ONU, pese a la oposición de EE.UU., que insiste en que el nacimiento de un Estado palestino debe provenir de negociaciones entre las partes.

Palestina sí obtuvo el 31 de octubre el ingreso como Estado de pleno derecho en la Unesco, la organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Esa decisión llevó a Washington a suspender los fondos que aporta a esa institución, sesenta millones de dólares, en una iniciativa que inmediatamente secundó Israel.

Aunque la iniciativa palestina en la ONU tiene pocos visos de éxito -EEUU ya ha anunciado que vetará el ingreso como Estado de pleno derecho-, desde entonces los esfuerzos internacionales por aproximar posiciones han caído en terreno baldío.

Una propuesta del Cuarteto mediador para restablecer las negociaciones este año para lograr un acuerdo en doce meses fue acogida con buenas palabras pero escasos avances, sin que la visita de una misión de este grupo negociador (EE.UU., Rusia, la UE y la ONU) en octubre a la región arrojara frutos.

De religión judía, Ross, quien ya había actuado como enviado del presidente Bill Clinton para la región, goza de excelentes lazos con los líderes israelíes.

Pero ello no evitó que fuera el hombre clave tras la propuesta del pasado mayo de Obama para destrabar las negociaciones, que incluía el que se partiera de las fronteras previas a la guerra de 1967, en la que Israel ocupó los territorios de Cisjordania, Gaza, los altos del Golán y la península del Sinaí.

La propuesta de Obama contó con el rechazo tajante del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el que el presidente estadounidense ha mantenido una relación abrupta a lo largo de su mandato.

No ha ayudado que en los últimos días se revelara un intercambio entre Obama y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el que el líder galo tildaba a Netanyahu -sin darse cuenta que los micrófonos estaban abiertos- de "mentiroso".

Obama no le quitaba la razón, al replicar: "tú estás harto de él, pero yo tengo que lidiar con él con mucha más frecuencia que tú".

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