Disidente chino llega a EEUU para iniciar vida como estudiante universitario

  • El disidente ciego chino, Chen Guangcheng, protagonista el mes pasado de un tenso drama diplomático entre Washington y Pekín tras huir de su arresto domiciliario, llegó hoy a Estados Unidos para iniciar una nueva vida como estudiante universitario en Nueva York.

María Peña

Washington, 19 may.- El disidente ciego chino, Chen Guangcheng, protagonista el mes pasado de un tenso drama diplomático entre Washington y Pekín tras huir de su arresto domiciliario, llegó hoy a Estados Unidos para iniciar una nueva vida como estudiante universitario en Nueva York.

Chen llegó junto con su esposa y dos hijos al aeropuerto de Newark (Nueva Jersey), tras 13 horas de vuelo, cerrando así un turbulento episodio para la diplomacia china.

Tanto funcionarios de alto rango de la Administración Obama como líderes del Congreso de EE.UU. dieron la bienvenida a Chen Guangcheng.

"Damos la bienvenida a este acontecimiento", dijo a la prensa el consejero adjunto de Seguridad Nacional de EE.UU., Ben Rhodes, desde la residencia de descanso presidencial en Camp David (Maryland), donde el presidente Obama sirvió de anfitrión en la cumbre de líderes del G8.

La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ya había confirmado la salida de Guangcheng de Pekín rumbo a EE.UU. para iniciar estudios de Derecho en la Universidad de Nueva York.

"Queremos expresar también nuestro agradecimiento por la forma en que pudimos resolver este asunto y para apoyar el deseo del señor Chen de estudiar en EE.UU. y lograr sus objetivos", agregó Nuland en una declaración escrita.

El propio codirector de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, Jerome Cohen, confirmó hoy en un comunicado que Chen estudiará con una beca en la institución.

El legislador republicano de Nueva Jersey, Chris Smith, quien intercedió personalmente en el caso, tenía previsto recibirle en el Aeropuerto Liberty de Newark.

"Los Chen finalmente podrán descansar y recuperarse. Sus hijos ahora podrán comenzar a sanarse de un trauma emocional que ningún niño debería tener que soportar", ha dicho Smith, presidente del subcomité sobre Derechos Humanos de la Cámara de Representantes.

Por su parte, la presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, Ileana Ros-Lehtinen, dijo que la travesía de Chen a EEUU "marca el fin de un suplicio de siete años" en el que el abogado autodidacta fue sometido a "acoso, encarcelamiento y palizas por parte del régimen chino" por denunciar los abusos y violencia en su provincia natal de Shandong (centro).

Ros-Lehtinen, republicana por Florida, expresó preocupación por la suerte que puedan correr los familiares de Chen y demás defensores de derechos humanos en China, y prometió que el Congreso "se mantendrá vigilante".

"Las naciones responsables no deben perder de vista nuestra responsabilidad moral para apoyar a quienes sufren la asfixia de gobernantes represivos", puntualizó en un comunicado.

También Bob Fu, director de la ONG cristiana ChinaAid, con sede en Texas, y amigo de Chen, agradeció en un comunicado que EE.UU. y China hayan agilizado su salida.

Chen, su esposa, hijo e hija llegaron a Newark procedentes de Pekín en un vuelo de United Airlines, después de que las autoridades chinas le dieran permiso para salir del país, como parte de un acuerdo alcanzado con Estados Unidos.

Los Gobiernos de Washington y Pekín buscan estrechar la cooperación en asuntos económicos y de seguridad, y el incidente con Chen suscitó la ojeriza de China, que rechaza cualquier injerencia en sus asuntos internos.

Como ha sucedido en otros casos, el Gobierno chino permitió que Chen saliera para minimizar el impacto de su militancia, y para conjurar una crisis entre ambos países, según observadores.

El pasado 21 de abril, Chen, de 40 años, logró escapar de su arresto domiciliario en la ciudad de Nankín, donde permaneció durante 19 meses bajo continua vigilancia policial.

Tras fugarse a Pekín, activistas de derechos humanos lograron trasladarlo a la embajada de EE.UU., donde se refugió durante seis días y suscitó un frenesí de negociaciones entre Washington y Pekín.

Aunque Chen había expresado interés en quedarse en China con su familia, abandonó la embajada estadounidense y fue trasladado al centro hospitalario Chaoyang en Pekín para recibir tratamiento por una pierna que se rompió durante la fuga.

Invidente desde los 5 años, Chen fue condenado a cuatro años de prisión en 2006 por denunciar programas de aborto y esterilizaciones forzadas contra miles de mujeres en su provincia, como parte de la política de "hijo único" vigente en China.

Chen ha tocado suelo estadounidense, pero la suerte de su hermano y sobrino continúan inciertas, en tanto que sus abogados han dicho que aún no tienen permiso para verlos.

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