Emilio Cerveró está harto. En los últimos meses ha sufrido siete robos y cuatro animales muertos. Es el saldo que ha dejado el dueño del desguace de Montserrat los ladrones. Por eso se ha visto obligado a soltar un toro para evitar más hurtos.
Según explica, la Diputación de Valencia le expropió parte de los terrenos y, tras derribar una parte de su muro exterior, delimitó su propiedad con una frágil valla. Esto ha facilitado que los robos se produzcan y se pueda entrar en su propiedad para robar piezas de los coches. "Nos han puesto una valla que permite a los ladrones romperla, entrar y llevarse lo que quieran; por culpa de eso algunos de los perros y animales que teníamos aquí se han escapado y han acabado atropellados, aunque por suerte no hay que lamentar ningún accidente por el momento, pero podría ocurrir en el futuro si continúa esta dinámica", explica a Levante.
Además explica que los robos se han multiplicado por la construcción de una rotonda junto a su negocio. Afortunadamente estos robos tampoco han sido muy importantes para el negocio. "Son algunos jóvenes que necesitan un retrovisor, algún faro o una rueda de repuesto, se aprovechan de la noche, rompen la valla y se llevan lo que les apetece", afirma Cerveró.
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