La edad para comprar una primera vivienda sube cinco años desde el 'boom'

Una hipoteca.
Una hipoteca.
bongkarn thanyakij de Pexels.

El comprador de primera vivienda en España tiene entre 30 y 35 años, mientras que durante el 'boom' inmobiliario la edad se situaba entre los 25 y los 30 años, según se desprende de un estudio sobre el perfil del comprador de viviendas en España realizado por la Federación de Asociaciones Inmobiliarias (FAI).

El perfil del comprador es el de alguien que quiere independizarse o formar un hogar familiar, que busca residir en barrios o zonas céntricas de ciudades o municipios, en inmuebles de segunda mano, de tamaño pequeño y por un precio que oscila entre los 125.000 y los 150.000 euros.

Por otro lado, los compradores de segunda vivienda tienen entre 45 y 55 años y en la mayoría de los casos se trata de parejas que buscan una vivienda con mayores prestaciones, mayores comodidades o residencias vacacionales. FAI ha señalado que en el caso de la vivienda vacacional se ha detectado un "severo" retroceso de la demanda y un freno de la inversión en ladrillo en el último año.

Del estudio también se desprende que la eficiencia energética no está entre los factores que influyen en los compradores a la hora de adquirir un inmueble, "pese al importante ahorro económico a la hora de pagar las facturas del hogar que podría acarrear". La presidenta de FAI, Nora García, ha señalado que se está produciendo un "preocupante" desequilibrio en el ciclo natural de la compra inmobiliaria.

Desde su punto de vista, esto se debe al envejecimiento de los compradores, al actual contexto socioeconómico, marcado por una mayor inestabilidad en el empleo, a la dificultad en el ahorro y a la subida de los precios. No obstante, también lo achaca a la caída de la inversión de la población que tiene entre 25 y 35 años, que se han decantado por el alquiler y han descartado la opción de compra.

Para García, es necesario tomar medidas desde la Administración Pública y por parte de todos los agentes que intervienen el sector inmobiliario para facilitar el acceso de los más jóvenes a una vivienda. Así, apuesta por dar mayores incentivos fiscales, seguridad jurídica en el alquiler, ayudas al acceso al crédito o por una mayor promoción de la vivienda pública, nueva e incluso de la vivienda usada desocupada.

También aboga por estudiar nuevas fórmulas de compra como la compartida como la administración, tal y como se está realizando en otros países, o por la posibilidad de que se pueda optar a la financiación de la compra con el aval por parte del Gobierno del 20%.

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