EE.UU. pide una solución urgente en Mali que permita elecciones democráticas

  • Estados Unidos pidió una "solución urgente negociada" tras la nueva ofensiva militar del Ejército maliense lanzada hoy contra el último feudo de los rebeldes tuareg en el norte del país, la ciudad de Kidal.

Washington, 5 jun.- Estados Unidos pidió una "solución urgente negociada" tras la nueva ofensiva militar del Ejército maliense lanzada hoy contra el último feudo de los rebeldes tuareg en el norte del país, la ciudad de Kidal.

La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, solicitó en un breve comunicado que Malí logre una pronta solución de manera que "la administración civil" vuelva a gobernar el país y puedan llevarse a cabo las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.

"También condenamos las detenciones y expulsiones por motivos raciales de Kidal y hacemos un llamamiento a todas las partes a respetar los derechos humanos y cumplir plenamente con sus obligaciones en virtud del derecho internacional", añadió la portavoz.

"Estados Unidos está totalmente comprometido y prestará asistencia financiera para la celebración de unas elecciones libres, transparentes y creíbles en todo Malí", agregó Psaki.

La portavoz insistió en que éste es un proceso "vital" para la restauración de la paz y la estabilidad en Malí y en la región, así como "para sentar las bases para un proceso más amplio de reconciliación nacional en un sistema unificado de Mali".

Por otra parte, Estados Unidos elogió el liderazgo del presidente voltense Blaise Compaoré, mediador de la Comunidad Económica de Países Africanos Occidentales (CEDEAO, por su sigla en inglés), y el apoyo de Naciones Unidas, la Unión Africana y otros socios regionales e internacionales en este esfuerzo.

Después de que ayer se conociera la llegada a la región de varias columnas de vehículos todoterreno del Ejército, hoy fuentes militares han confirmado la entrada de las tropas regulares en la localidad de Anefis, a 150 kilómetros al sur de Kidal.

Para el Gobierno de Bamako se trata de "expulsar a los criminales" del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) en aras del "restablecimiento total de la integridad territorial de Mali".

El MNLA se hizo con el control de Kidal en enero tras la intervención militar francesa en el norte de Mali y la posterior huida de los grupos radicales islámicos que controlaban la parte septentrional del país desde el verano de 2012.

Los rebeldes tuareg exigen un acuerdo político con Bamako antes de deponer las armas.

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