La embajadora de Estados Unidos, Samantha Power, precisó que se trata de un responsable del gobierno y de un miembro de la rebelión, sin divulgar sus nombres, que serán sometidos al Comité de sanciones del Consejo.
Según el acuerdo de paz firmado por el presidente Salva Kiir y el líder rebelde Riek Machar, el cese el fuego iba a entrar en vigor el pasado fin de semana, pero la lucha continúa en el estado de Alto Nilo.
El texto pide que el embargo de armas tenga efecto a partir del domingo junto con la prohibición de viajar y el congelamiento de los activos a "individuos, incluyendo a líderes políticos con altos cargos en el gobierno de Sudán del Sur, así como a individuos o entidades que violen los términos del cese el fuego".
Ante esta situación, el Consejo de Seguridad se dijo dispuesto a llevar a cabo "las medidas apropiadas", incluido "un embargo sobre las armas y sanciones concretas" contra aquellos que violen el alto al fuego, comentó el embajador ruso Vitali Tchurkin.
La misión de la ONU en Sudán del Sur (Minuss) se encargará de hacer respetar el alto el fuego, añadió el diplomático, cuyo país acaba de asumir la presidencia del Consejo para septiembre.
El Consejo se reunió este viernes a puertas cerradas para debatir sobre los combates continuos en Sudán del Sur, pero no se señaló ningún avance tras la reunión.
El Estado más joven del mundo proclamó su independencia en julio de 2011, tras décadas de conflicto contra Jartum. En diciembre de 2013 estallaron enfrentamientos en el seno del ejército, alimentados por la rivalidad entre Kiir y Machar, que pertenecen a dos etnias distintas.
El conflicto, salpicado de masacres y atrocidades, causó decenas de miles de muertos y 2,2 millones de desplazados en un país de 11,74 millones de habitantes.
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