Egipto. Valenciano (psoe) cree que no habrá contagio a marruecos, porque "hay espacios de libertad mayores"


La secretaria de Política Internacional del Partido Socialista, Elena Valenciano, manifestó hoy que Marruecos tiene "espacios de libertad mayores" que Túnez y Egipto, por lo que cree que en el país que dirige Mohamed VI no se producirá un efecto contagio de las revueltas populares que se registran en otros lugares del Magreb.
En rueda de prensa, Valenciano sostuvo que es "imposible trasladar miméticamente" la situación, porque cada país tiene su propia dinámica y en Marruecos "existen partidos políticos, hay una oposición organizada y ordenada, y existen espacios de libertad mayores de los que existían en Túnez y en Egipto".
Además, como también hiciera la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, Valenciano afirmó que Marruecos "desde hace ya años ha iniciado un lento proceso de transición hacia un espacio de progreso y libertad mayor". "Hay mucho más oxígeno en Marruecos de lo que había en Túnez o desde luego en Egipto", señaló.
Por ello, apuntó que no cree que la situación creada en la cuenca sureste mediterránea vaya a extenderse a Marruecos, ya que en este país "la situación es completamente distinta".
Opinó que el hecho de que "unos querrían ir más rápidos en el proceso de transición" en Marruecos no quiere decir que se vaya a producir "una salida ciudadana espontánea tan potente como la que ha habido en Egipto". No se producirá, dijo, porque en Marruecos hay un "juego político".
Ante las revueltas en Egipto, Valenciano manifestó que la de este martes es una jornada importante, ante la convocatoria de huelga general, y destacó el compromiso de las Fuerzas Armadas de no cargar contra los manifestantes.
Asimismo, dijo que la UE debe actuar "con firmeza y con respeto" a la hora de "apoyar" estos procesos de transición a la democracia en países como Túnez y Egipto, donde la ciudadanía aboga por los cambios.
Destacó que en Egipto han sufrido un "régimen de autocracia durísimo" y ahora, como ha ocurrido en Túnez, "el nuevo actor político es la ciudadanía pura y dura, sin formulación todavía de adscripción política y mucho menos religiosa".

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