El Baradei sólo congrega a dos mil personas en su primera protesta pública

  • Alejandría (Egipto).- El ex director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei sólo ha logrado reunir hoy a alrededor de dos mil seguidores en Alejandría, en su primera protesta pública desde que decidió involucrarse en la vida política egipcia.

Unas dos mil personas se manifiestan convocadas por el Premio Nobel de la Paz
Unas dos mil personas se manifiestan convocadas por el Premio Nobel de la Paz

Alejandría (Egipto).- El ex director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei sólo ha logrado reunir hoy a alrededor de dos mil seguidores en Alejandría, en su primera protesta pública desde que decidió involucrarse en la vida política egipcia.

"Espero que la participación esté al nivel de la causa", había dicho El Baradei al convocar está protesta en solidaridad con el joven alejandrino Jaled Said, que murió cuando era detenido por la policía, por asfixia al tragarse un envoltorio de drogas, según la versión oficial y por torturas según varias ONG.

No obstante, El Baradei, que estuvo arropado por varios destacados líderes de la oposición, como Ayman Nur, del partido Al Gad, Hamdin Sabahi, dirigente del partido Al Karama, o Hamdi Qandil, coordinador de la plataforma civil Kifaya, no logró reunir a más de dos millares de personas.

A las 14.00 hora local (11.00 GMT) y coincidiendo con el fin de la oración de los viernes, los manifestantes, vigilados de cerca por cientos de policías antidisturbios, comenzaron a lanzar eslóganes ante las puertas de la mezquita Sidi Yaber, mientras repartían claveles rojos y sostenían fotos de Jaled Said.

"Viva Egipto, no a la tortura, no a la ley de emergencia" o "Que caiga Honi Mubarak" (presidente del país), fueron algunos de los gritos que una y otra vez repetían los participantes.

Cinco minutos después comenzaban a salir los distintos líderes políticos, y entre ellos El Baredei, quien, vestido con jersey y chaqueta negra no hizo ninguna declaración ante sus seguidores en los 20 minutos en los que permaneció ante la mezquita.

El ex director de la OIEA, que acaba de cumplir 68 años, se limitó a recoger un clavel rojo de uno de los organizadores y a evitar ser engullido por sus enfervorizados seguidores mientras era escoltado por un reducido esforzado y sudoroso grupo hasta más allá del cordón policial que cercaba la protesta.

"Todavía no se ha logrado un número de manifestantes suficiente que pueda presionar al gobierno con sus peticiones" aseguró a Efe el juez retirado Mahmud al Hudeiri, convertido también en una de las voces más críticas con el régimen.

Al Hudeiri instó a los egipcios a "que hagan todos los viernes, después de la oración, convocatorias como esta delante de todas las mezquitas del país".

Por su parte, Hamdi Qandil, durante una discusión con dos jóvenes manifestantes, aseguraba: "No necesitamos que los 84 millones de egipcios salgan a la calle; con 10.000 tenemos suficiente".

El Baredei había declarado que no saldría a la calle a manifestarse hasta que estuviera seguro de que sería seguido por 30.000 personas, en un país donde las manifestaciones opositoras no no alcanzan, la mayoría de las veces, el centenar de personas.

La protesta de hoy, que terminó pacíficamente una hora después de comenzar, había sido convocada como una concentración silenciosa para condenar las supuestas torturas policiales que sufrió el joven de Alejandría Jaled Said.

"Estoy aquí en señal de tristeza por la muerte de Jaled, que ha sido asesinado", declaró a Efe Amira, una funcionaria de unos 50 años que asegura que es vecina del barrio en el que vivía la víctima.

Por su parte, Isam Majluf, un ingeniero informático, confesaba que había acudido para poder ver a El Baredei, capaz, según Majluf, de que Egipto, donde Mubarak gobierna desde 1981, pueda cambiar.

El Baradei, a quien algunos grupos opositores e incluso varios seguidores critican el hecho de que se ausenta con frecuencia del país y carece de constancia en sus campañas, se había desplazado a Alejandría para dar el pésame a la familia de Jaled Said y, quizá, para tomar el pulso de la calle.

Entre las campañas lanzadas por EL Baradei y la plataforma creada a su alrededor y conocida como la Agrupación para el Cambio, está la búsqueda de 20 millones de firmas en favor de un manifiesto que aboga por el cambio político en Egipto.

Su campaña busca en primer término conseguir un nuevo marco legal que regule las elecciones presidenciales de 2011, ya que el actual hace prácticamente imposible que El Baradei pueda aspirar a convertirse en candidato porque, entre otras razones, no tiene un partido político con representación parlamentaria.

Para el opositor Osama el Gazal Harb, la escasa participación en esta propuesta no supone ningún problema porque, señaló, "esto es un paso hacia adelante, un entrenamiento" para posteriores manifestaciones.

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