El barrio de Chicago donde Obama trabajó como activista se mantiene a su lado

  • Los vecinos de Altgeld Gardens, el barrio del sureste de Chicago en el que el presidente de EEUU, Barack Obama, trabajó de joven como activista social, mantienen su fe en él y se preparan para darle mañana un voto de confianza general.

Teresa Bouza

Chicago (EEUU), 5 nov.- Los vecinos de Altgeld Gardens, el barrio del sureste de Chicago en el que el presidente de EEUU, Barack Obama, trabajó de joven como activista social, mantienen su fe en él y se preparan para darle mañana un voto de confianza general.

"Obama, Obama, Obama", respondió una de las feligresas que el domingo participó en el servicio religioso de la iglesia local United Church, preguntada por Efe sobre a quién votará el martes.

Situado en las inmediaciones de una zona industrial deprimida con plantas siderúrgicas abandonadas, Altgeld Gardens es un complejo de más de 1.500 viviendas unifamiliares de planta baja donde parece reinar la calma, aunque en realidad imperan la violencia y la pobreza.

Construido en la década de los 40 para recibir a los veteranos afroamericanos que combatieron en la II Guerra Mundial, es uno de los proyectos de residencia pública más antiguos del país.

Fue aquí adonde, a mediados de los 80, llegó un joven Barack Obama, quien capitaneó una batalla para eliminar los residuos de asbesto en las viviendas del área, una experiencia que quedó plasmada en su libro autobiográfico "Dreams from my Father".

Vecinos como Jimmy Schaffer, de 56 años y antiguo soldado afroamericano, conocieron a aquel joven, al que las abuelas de Altgeld Gardens trataron, sin fortuna, de hacerle engordar atiborrándole de galletas.

"Le estreché la mano", explicó a Efe Schaffer, quien recuerda las reuniones del ahora presidente con los vecinos de la zona para hablarles sobre programas públicos de acceso a la educación o asuntos como la gestión de residuos tóxicos.

Ese, de hecho, es el gran legado de Obama en la zona, inmersa desde hace unos años en un proceso de mejora de la vivienda para eliminar cualquier resto de amianto en las casas.

Schaffer, que ya votó por adelantado, dice que el actual inquilino de la Casa Blanca necesita "otros cuatro años" para acabar su trabajo y se niega a escuchar a los críticos que atribuyen a la gestión económica de Washington la violencia que sufren comunidades como Altgeld Gardens.

"Sí, hay violencia aquí, pero eso no tiene nada que ver con la economía o con Obama. La culpa la tienen los jóvenes negros que deciden unirse a pandillas y convertirse en asesinos. Es una elección personal", afirma Schaffer, con tono acalorado.

Los feligreses de United Church, una pequeña iglesia en la Avenida Ellis, a unos metros del cartel que da la "bienvenida" a los que visitan Altgeld Gardens, mantienen también la fe en Obama pese a que su vida ha cambiado poco con el primer presidente negro en la historia de EEUU.

"La gente aquí está en general contenta (con Obama). Entienden que ningún presidente ya sea blanco, negro o verde puede cambiar en cuatro años el caos que se generó en ocho", dijo, contundente, a Efe el reverendo Joseph Charles Murphy.

"Tengo una carta redactada para Obama y sea reelegido o no se la vamos a enviar para pedirle ayuda para atraer infraestructura", explica Murphy, quien cree que la construcción de un pequeño centro comercial en un área carente de servicios podría contribuir a reducir la violencia.

Murphy, un hombre corpulento y pausado, dirigió el servicio dominical, en el que las plegarias se mezclan con sermones, abrazos, música, sonrisas y lágrimas, en un programa de más de dos horas que atrajo este fin de semana a unos cien vecinos y que culmina con una comida comunitaria.

Las elecciones presidenciales estuvieron muy presentes este domingo. El también reverendo Bryant Jones, invitado a dar el sermón con motivo del cuarto aniversario de la congregación, instó a los feligreses, todos afroamericanos, a votar mañana.

"Queda trabajo por hacer.Tenéis que salir a votar. Obama necesita vuestro apoyo", afirmó Jones.

La esperanza, pues, sigue en pie en Altgeld Gardens, que promete renovar mañana su voto de confianza en Obama para que acabe, dicen sus vecinos, el trabajo que ha empezado.

Mostrar comentarios