El caos de la oposición boliviana a un año y medio de las elecciones

  • A un año y medio de las elecciones en Bolivia y con Evo Morales dispuesto a postularse a un tercer mandato, la atomización de los partidos opositores parece imposibilitar una alianza, única vía según los analistas para enfrentar de forma efectiva al oficialismo.

Lorena Cantó

La Paz, 27 abr.- A un año y medio de las elecciones en Bolivia y con Evo Morales dispuesto a postularse a un tercer mandato, la atomización de los partidos opositores parece imposibilitar una alianza, única vía según los analistas para enfrentar de forma efectiva al oficialismo.

La idea de una coalición nacional para neutralizar al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) cobró fuerza en febrero pasado, cuando en las elecciones a gobernador de Beni la oposición se coaligó frente a la candidata de Morales, una exreina de la belleza a la que los sondeos daban por vencedora.

Contra todo pronóstico, la coalición liderada por el conservador Carmelo Lens logró el 52 % de los votos y se hizo con el departamento amazónico, lo que llevó a la oposición a plantear que esta fórmula sea extrapolada a nivel nacional.

El "multipartidismo" del sistema boliviano "es una ilusión óptica, porque desde el 2005 predomina el bipartidismo y todos esos candidatos que creen poder enfrentar a Morales lo único que hacen es fragmentar el voto y facilitar una nueva victoria del MAS", dijo a Efe el analista político Carlos Cordero.

"La única posibilidad de derrotar al MAS en el 2014 es una coalición que tome conciencia de que la única opción es ir unidos, especialmente cuando en Bolivia existe la segunda vuelta en la elección presidencial", incidió Cordero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Sostuvo que el caso de Beni es extrapolable a nivel nacional, sobre todo porque el prototipo elector de clase media urbana y asalariada, irritada por consecutivas decisiones del Gobierno, se repite en todo el país.

Además, aventuró como "muy probable", por primera vez en la historia boliviana, una segunda vuelta electoral "a pesar del aura de invencibilidad del MAS".

De momento, los partidos bolivianos ya han comenzado a definir estrategias de cara a las presidenciales de diciembre del 2014, pero todavía no hay un acercamiento de posturas en la oposición.

Parece claro que los conservadores se enfrentarán por tercera vez a Evo Morales, apoyado por su partido para postularse de nuevo, en medio de un debate sobre si la Constitución promulgada en 2009 permite o no que concurra de nuevo a la presidencia.

Este debate será dirimido por el Tribunal Constitucional, que deberá pronunciarse sobre el asunto tras recibir una consulta parlamentaria a instancias del MAS.

Hace pocos días, uno de los más férreos detractores de Morales, el derechista gobernador de la rica región oriental de Santa Cruz, Rubén Costas, fue el primero en mover ficha al proclamarse "abanderado" de la oposición y anunciar que presentará su proyecto en agosto próximo.

Costas, que lidera un partido localista sin representación parlamentaria, ratificó que se presentará a los comicios y esta semana dio un nuevo paso con la creación del Movimiento Social Demócrata, con el que varias formaciones pretenden enfrentar a Morales.

Junto a Costas forman parte de esta coalición el gobernador de Beni, Carmelo Lens; los exgobernadores de Beni Ernesto Suárez y de Chuquisaca Sabina Cuéllar y algunos parlamentarios opositores de otros departamentos.

Sin embargo, en ella no están integrados los otros dos principales líderes de la oposición: ni Samuel Doria Medina, de la centrista Unidad Nacional, ni Juan del Granado, del izquierdista y antiguo aliado de Morales Movimiento Sin Miedo (MSM), cuyo principal feudo es La Paz.

De hecho, la "autoproclamación" de Costas tuvo rápida respuesta por parte de Unidad Nacional y el MSM, que a pesar de sus diferencias, esta vez sí coincidieron en negar que el político cruceño les represente.

Doria Medina aboga por que haya un único candidato opositor y que éste sea elegido por votación popular o encuestas, como se hizo en Beni.

Desde la conservadora y desmembrada Convergencia Nacional proponen formar un "consejo de líderes" nacionales para determinar posibles alianzas y designar un solo candidato, según declaró su jefe de bancada en el Senado, Marcelo Antezana.

El sinsentido de la oposición boliviana llega a tal punto que el exlíder de Convergencia Nacional, Manfred Reyes Villa, también se plantea presentarse con un nuevo partido, a pesar de que se encuentra refugiado en Estados Unidos y tiene dos sentencias pendientes en Bolivia.

A esta frenética actividad preelectoral ha contribuido, según Cordero, el que en los últimos meses se haya aligerado la presión sobre los opositores, que hasta ahora habían sido "sistemáticamente acosados con juicios".

Esa situación había generado "una especie de auto-censura política, de no querer destacar, criticar, porque inmediatamente eran perseguidos", señaló el analista.

La persecución política que en el pasado inhibió a líderes a proyectarse políticamente se ha quebrado, según Cordero, con la demanda marítima contra Chile, ya que Morales ha hecho de ello una cuestión de Estado, convocando a expresidentes y nombrando a uno de ellos embajador ante la Corte de Justicia de La Haya.

"Ahora el Gobierno ya no tiene un discurso descalificador de ciertos líderes y esto ha despertado la competencia electoral en la oposición", concluyó Cordero.

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