El congreso instalará una escultura de manuel azaña


La Mesa de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados aceptó hoy la propuesta avanzada por el portavoz parlamentario de IU, Gaspar Llamazares, de instalar en un lugar destacado de la Cámara Baja una escultura de Manuel Azaña, presidente de la II República Española.
Según informó la coalición, la escultura, que ha sido donada al Parlamento por Izquierda Republicana, el partido que dirigió Azaña y que actualmente está coaligado con IU, es obra del escultor Evaristo Bellotti, que cuenta con distintas esculturas repartidas por varios museos españoles y extranjeros, entre ellos el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
La obra se compone del busto de Azaña, labrado en piedra noble, y un pedestal, también de piedra, que será trasladado en fechas próximas desde el taller almeriense del escultor.
Es costumbre que el Congreso rinda tributo a la memoria de ilustres políticos, siendo numerosos los bustos o estatuas erigidas en sus dependencias a personalidades como Martínez de la Rosa, Conde de Toreno, Argüelles, Mendizábal, Cánovas, Sagasta y Julián Besteiro.
Manuel Azaña Díaz, periodista y escritor, fue secretario del Ateneo de Madrid, presidente del Gobierno entre octubre de 1931 y septiembre de 1933, y presidente de la II República Española desde el 10 de mayo de 1936 hasta el 27 de febrero de 1939. Exiliado a Francia, falleció el 4 de noviembre de 1940 en la habitación número 11 del Hotel du Midi, en la localidad de Montauban, en cuyo cementerio reposan sus restos. Dejó escrito que no se movieran del sitio donde se encuentran.
Según informó IU, 71 años después de su fallecimiento, su tumba se encuentra en un “lamentable estado de abandono”. Por esta razón, el 14 de abril de 2008, Gaspar Llamazares pidió al Gobierno de Rodríguez Zapatero que, en coordinación con el Estado francés y las autoridades locales, tomara medidas para que la tumba tuviera una presencia adecuada al cargo y representación de Azaña.
En aquella ocasión, el diputado de IU preguntó al Gobierno si consideraba satisfactorio “el abandono en que se encuentra la tumba del presidente Azaña, elegido democráticamente, mientras los restos del dictador Francisco Franco siguen siendo realzados en el Valle de los Caídos, un sitio oficial mantenido con el dinero de los contribuyentes”.

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