El exjefe de eta txeroki se enfrenta a 17 años de prisión por tenencia de explosivos, robo y daños terroristas


El exjefe del aparato militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', se enfrenta el próximo jueves a penas de 17 años de cárcel en el juicio que se llevará en su contra por delitos de tenencia de explosivos, robo con intimidación y daños como consecuencia de la actividad terrorista.
El pasado mes de octubre, agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la División de Cooperación Internacional trasladaron a 'Txeroki' desde Marsella a Madrid gracias a la entrega temporal del etarra hecha por las autoridades galas para que se someta a juicio.
Aspiazu Rubina, alias 'Arrano' y 'Txeroki', natural de Bilbao, de 41 años de edad, ingresó en la banda terrorista ETA en 2000, como colaborador del 'comando Ituren'. Más tarde se integraría en el 'comando Vizcaya', al que se atribuyen varios atentados cometidos entre 2001 y 2003.
Tras el asesinato del juez de Bilbao José María Lidón, en el que tuvo participación, huyó a Francia. A partir de entonces, y dado el vacío de poder por los sucesivos golpes policiales a la cúpula, llegó a la dirección del aparato militar de la banda.
Durante la tregua mantenida por ETA mientras era presidente del Gobierno el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, 'Txeroki' protagonizó duros enfrentamientos, primero, con José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias 'Josu Ternera', y después con Francisco Javier López Peña, alias 'Thierry'. La discrepancia estuvo a punto de costarle la expulsión de la banda.
LINEA DURA
Aunque no tiene delitos de sangre, Aspiazu fue el cabecilla que ordenó el atentado contra la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos y que puso fin a la negociación del Gobierno de Zapatero. Resultó detenido en 2008. Tras ser juzgado en España deberá ser devuelto a Francia, donde cumple condena por varios delitos, entre ellos, el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton.
La Audiencia Nacional le va a juzgar por ordenar la colocación de un coche bomba en la localidad castellonense de Oropesa del Mar al 'comando Elurra´ el 26 de agosto de 2007.
La autocaravana en la que los terroristas pretendían perpetrar el atentado fue detectada e inspeccionada por agentes de la Guardia Civil a instancias de vecinos de la localidad. No encontraron nada sospechoso. El comando recogió el vehículo un día más tarde y al final explotó a diez metros de una torre de alta tensión de Red Eléctrica.
La deflagración ocasionó la destrucción total del vehículo y generó un cráter de casi cuatro metros de ancho por tres de largo y una profundidad de 0,60 metros, así como daños en la torre valorados en más de 50.000 euros y un incendio en un olivar cercano. La autocavana había sido robada dos días antes en Francia.

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