El fútbol de Morales y el viento de la "Pepa" se cuelan en la cumbre de Cádiz

  • El fútbol de Evo Morales, la salud del rey Juan Carlos, la lucha por mantener el peinado ante los indómitos vientos gaditanos y las protestas de los trabajadores se han hecho un hueco en la XXII Cumbre Iberoamericana que hoy ha comenzado en Cádiz, con "La Pepa" como telón de fondo.

Isabel Laguna

Cádiz, 16 nov.- El fútbol de Evo Morales, la salud del rey Juan Carlos, la lucha por mantener el peinado ante los indómitos vientos gaditanos y las protestas de los trabajadores se han hecho un hueco en la XXII Cumbre Iberoamericana que hoy ha comenzado en Cádiz, con "La Pepa" como telón de fondo.

Casi tres mil policías, más de mil periodistas y quince presidentes, acompañados de sus delegaciones y las de otros siete países, han transformado hoy el paisaje de la ciudad española más latinoamericana, que ha acogido la inauguración de esta cumbre como el colofón a un año de continuas celebraciones por el bicentenario de la Constitución de 1812.

A primera hora del día, los trabajadores de los astilleros de Navantia han decidido que en esta cumbre no debía faltar una estampa casi cotidiana en la zona, la de sus protestas en demanda de carga de trabajo en un sector vital para la economía de la provincia con mayor índice de desempleo España.

Han quemado neumáticos y cortado brevemente el puente de acceso a Cádiz, pero la protesta no ha llegado a ocasionar ningún trastorno en un momento en el que la mayoría de los jefes de gobierno llegaban al aeropuerto de Jerez de la Frontera.

Nada más bajarse de los aviones muchos de ellos, como la presidenta de Costa Rica, Laura Chichilla, han tenido ocasión de practicar otra típica actividad de la zona, la lucha contra el viento por mantener el peinado.

Se podría decir que todos han salido victoriosos del combate porque se han subido a sus vehículos para llegar a la capital gaditana e iniciar unas complicadas agendas sin apenas tener tiempo de peinarse.

En medio de un maratón de encuentros bilaterales, habitual en estas citas, el anfitrión de la cumbre, el rey Juan Carlos, ha bromeado sobre su estado de salud: "Aquí me tienes, un poco tullido, pero bien", comentó apoyado en una muleta, al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en un encuentro previo.

El que no ha podido acudir a su cita con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, fue Evo Morales, gran aficionado al fútbol, que se sintió indispuesto después de jugar un partido, en el que incluso marcó un gol de penalty.

No es la primera ocasión en la que el jefe de Estado boliviano "hace el calentamiento" para la cumbre con sus homólogos iberoamericanos con un partido de fútbol previo. El año pasado, le pidió al rey que hiciera coincidir la cumbre de Cádiz con un Real Madrid-Barcelona.

La parte oficial de la apertura de la Cumbre comenzó con una visita al Oratorio San Felipe Neri, donde fue promulgada la Constitución de 1812, y donde la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ha entregado al rey uno de los 23 ejemplares de la "Pepa", una edición especial en facsímil encargada como obsequio para los líderes iberoamericanos.

La mayoría de las damas, incluida la princesa de Asturias y la presidenta brasileña, Dilma Russeff, han puesto de manifiesto que el negro es un color que nunca desentona, ni siquiera en una cumbre, dentro de un conjunto en el que la única que sobresalió en color fue la reina Sofía, vestida de gris plata.

La inauguración de la cumbre, en una ceremonia celebrada en el Gran Teatro Falla, dejó estampas poco comunes, como ver sentados juntos al expresidente del Gobierno español José María Aznar y al secretario general del opositor Partido Socialista PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Son las cosas del protocolo que forman parte de la gigantesca maquinaria que está detrás de la organización de la cumbre, que en esta ocasión ha llevado al Gobierno a recurrir por primera vez al patrocino de empresas privadas, dadas las restricciones presupuestarias que impone la crisis.

El Ejecutivo preveía gastar en esta cita 4,9 millones de euros, la mitad que en la última reunión de este tipo que acogió España, en Salamanca en 2005.

Uno de estos patrocinadores se ha encargado de recordar, en la etiqueta de una botella de vino de Jerez que han recibido como regalo los periodistas, que "La Pepa" dejó escrito en uno de sus artículos que "el objeto del gobierno es la felicidad de la nación".

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