El maestro de artes marciales de Bilbao guardaba restos de una sola mujer

  • Los restos humanos encontrados en el gimnasio y el domicilio del maestro de artes marciales Juan Carlos Aguilar pertenecen a una sola mujer y se corresponderían con los de la víctima que confesó haber matado, tras su detención por propinar una brutal paliza a una prostituta nigeriana en Bilbao.

Bilbao/Vitoria, 4 jun.- Los restos humanos encontrados en el gimnasio y el domicilio del maestro de artes marciales Juan Carlos Aguilar pertenecen a una sola mujer y se corresponderían con los de la víctima que confesó haber matado, tras su detención por propinar una brutal paliza a una prostituta nigeriana en Bilbao.

El estado de la mujer agredida, de 29 años, que permanece ingresada en coma y muy grave en el Hospital de Basurto, se ha deteriorado en las últimas horas, según un parte médico difundido esta tarde.

Fuentes de la investigación han señalado que los restos humanos hallados en la vivienda y en el gimnasio de Juan Carlos Aguilar son de una única persona, una mujer colombiana, que "está identificada", y que el crimen podría haberse producido el pasado día 25.

Estas fuentes han explicado que, tras el análisis de los fragmentos óseos de manos, columna vertebral y otros restos, los expertos han concluido que se trata de una única persona, con lo que se despeja una de las mayores incógnitas de este caso, ya que hasta ahora se desconocía si los huesos hallados en el gimnasio y la vivienda de Aguilar podrían corresponder a varias personas.

La mujer presuntamente asesinada sería por tanto la que mencionó ayer el detenido en su confesión policial, en la que dijo que "creía" haber matado a una mujer el pasado 31 de mayo, aunque añadió estar "confuso" al respecto.

Sobre ese punto la Ertzaintza ha confirmado que Aguilar lleva dos años en tratamiento por un tumor cerebral en un centro de Navarra, lo que al parecer podría alterar sus facultades.

Los especialistas de la policía científica han continuado hoy haciendo pesquisas en el gimnasio de Bilbao en el que se produjo la agresión que desencadenó la investigación.

Juan Carlos Aguilar, de 47 años, fue detenido el domingo después de que una persona alertara a la Ertzaintza de que había visto cómo una mujer era obligada a entrar por la fuerza en el gimnasio que el arrestado regenta en el número 12 de la céntrica calle Máximo Aguirre.

Los agentes que acudieron al local tuvieron que tirar la puerta abajo con mazas para acceder al interior, donde encontraron en una habitación de reducidas dimensiones a Aguilar junto a la mujer nigeriana, que estaba inconsciente, con ataduras en manos, pies y cuello.

En un posterior registro del gimnasio y del domicilio del agresor, la policía vasca halló restos óseos de diferentes partes corporales, pero los fragmentos no eran suficientemente significativos por sí mismos como para determinar si correspondían a uno o más cadáveres, por lo que era preciso efectuar pruebas de ADN.

Los vecinos y comerciantes de inmuebles cercanos al gimnasio de Juan Carlos Aguilar han indicado hoy que siguen "impresionados" por tener al lado a "un asesino".

Juan Carlos Aguilar apareció en radios, periódicos y televisiones en el año 1997 presentándose como primer maestro Shaolín occidental, tras haber sido campeón de España y del mundo de kung-fu.

No obstante, el Templo Shaolín de España, único centro de esta disciplina reconocido oficialmente en el país, ha negado hoy tener relación alguna con él y le ha acusado de ser "un poco sectario" y vender "lo que no era", ya que no poseía ninguna graduación oficial ni estaba autorizado por el Templo de Henan (China).

A las puertas del gimnasio de artes marciales han seguido acudiendo hoy amigos y compatriotas de la mujer agredida, como Christian Safua, secretario general de la Asociación nigeriana Nigerian Progressive Union, que ha declarado: "Tenemos miedo porque dicen que hay más cuerpos y huesos".

Amigos de Ada han explicado que la mujer, a la que han definido como una "chica maja" y religiosa, con la que suelen coincidir en la iglesia, lleva viviendo en la capital vizcaína desde hace un año, aunque anteriormente residió en Vitoria y en otros puntos de España, país al que llegó hace unos tres años.

En una concentración desarrollada esta tarde en Bilbao, a la que han asistido tres consejeros del Gobierno Vasco y dirigentes de otras fuerzas políticas, amigos y compatriotas de Ada han pedido justicia para la mujer. El Ayuntamiento de Bilbao ha convocado para mañana, miércoles, otra concentración de condena por la agresión. EFE

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