El partido conservador busca un tercer mandato en elecciones en Nueva Zelanda

  • El Partido Nacional de Nueva Zelanda, liderado por el primer ministro, John Key, busca renovar un tercer mandato en los comicios legislativos del próximo sábado, en los que se perfila como ganador.

Sídney (Australia), 16 sep.- El Partido Nacional de Nueva Zelanda, liderado por el primer ministro, John Key, busca renovar un tercer mandato en los comicios legislativos del próximo sábado, en los que se perfila como ganador.

El conservador Key sigue siendo el favorito en la contienda electoral, a pesar de la caída de la popularidad del Partido Nacional y del escándalo desatado por la publicación del libro "Dirty Politics" (Política sucia) de Nicky Hager.

El libro cuenta con los correos electrónicos interceptados entre un conocido bloguero conservador y altos cargos del Partido Nacional que urdían tramas para descalificar y atacar a sus oponentes políticos.

Sin embargo, Key, un empresario que amasó su fortuna en el mundo de las finanzas dejando atrás su pasado humilde, goza de una popularidad que arrasa.

Según la encuesta del 14 de agosto pasado elaborada por New Zealand Herald-Digi Poll, los conservadores tienen un 50 por ciento de los votos, mientras que el Partido Laborista liderado por David Cunliffe, su mas probable alternativa, cuenta con un 25,2 por ciento; y el Partido Verde, con el 13,7 por ciento.

Si los conservadores ganan estos comicios con más del 50 por ciento de los votos se convertirá en la primera formación que gobierne sin la necesidad de formar una coalición con sus actuales socios (el Partido Maori, Act y Futuro Unido) desde que se introdujo el sistema de votación proporcional en 1996.

Pero si no logran una victoria contundente, los ojos se posarán en Winston Peters, líder del Partido Nueva Zelanda Primero, que en 1996 tardó ocho semanas en decidir si apoyaba a los conservadores o a los laboristas y finalmente decidió por el Partido Nacional.

Los comicios de este año se centran en la economía de Nueva Zelanda, un país que se recupera de la recesión y de los devastadores terremotos de 2010 y 2011, que según los cálculos oficiales supondrían un 10 por ciento del PIB para la reconstrucción.

La oficina del Tesoro prevé un crecimiento del 3,8 por ciento para el año fiscal que culmina en marzo de 2015, en comparación al 3,3 por ciento entre abril 2013 y marzo 2014.

Además se prevé un superávit presupuestario de unos 250 millones de dólares en el ejercicio fiscal de 2015, que aumentará hasta el año 2018, y una caída de la deuda neta al 20 por ciento del PIB para el 2021.

Al ser preguntado si "Dirty politics", que se vende como pan caliente en Nueva Zelanda, afectaría la decisión de los votantes, Key, cuya propuesta se centra en el manejo económico, respondió que "la economía importa más que algunos argumentos en la blogosfera".

En contraste, los laboristas centran su campaña en la lucha contra la desigualdad, el aumento del sueldo mínimo en los cien primeros días de gobierno, y la introducción de un impuesto a las ganancias de capital, que excluye a las familias, para prevenir el enriquecimiento a través de la especulación en el mercado inmobiliario y otros activos.

Los comicios de este año también están marcados por aparición del Partido Internet, aliado a Mana, del empresario informático Kim Dotcom, que se encuentra detenido en Nueva Zelanda a la espera del inicio de su juicio de extradición a Estados Unidos que lo requiere por supuesta piratería informática.

En estas elecciones votarán unos 3,4 millones de ciudadanos para elegir a 120 representantes, por tres años, en la cámara unicameral de Nueva Zelanda, en donde además se destina obligatoriamente desde 1867 cuatro escaños a la población maorí.

Según una investigación de Google, los electores neozelandeses buscan, de cara a estos comicios, mayor información en internet sobre asuntos vinculados a la salud, educación y salarios,

Al comparar temas específicos, el estudio de Google muestra que hay un mayor interés por parte de los electores en el cambio climático, los tipos de interés y bandas anchas de mayor rapidez que la pobreza infantil.

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