El PE pide combatir el discurso del odio para evitar matanzas como la de Oslo

Estrasburgo (Francia), 14 sep.- El pleno de la Eurocámara ha pedido acabar con el discurso del odio que propugna valores como el racismo y la xenofobia para prevenir nuevas tragedias como la de Utoya y ha guardado hoy un minuto de silencio por la tragedia.

El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, ha expresado sus condolencias al pueblo "hermano" de Noruega en una declaración al pleno, que ha realizado un debate sobre las implicaciones políticas de la tragedia.

"No fue un ataque del exterior, como el 11-S, fue un europeo contra otros europeos", apuntó Buzek, quien dijo que "la lección que nos enseñan estos sucesos es que hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano para promover la integración".

"El terrorismo no será capaz de cambiar nuestros valores de multiculturalidad, apertura, tolerancia y respeto", añadió el polaco.

Por su parte, la comisaria europea de Interior, la sueca Cecilia Malmstrom, ha señalado que el ataque "se dirigió a los valores europeos (...), fue un ataque contra la multicuturalidad y a favor del populismo".

"Hay que combatir la cultura del odio", ha destacado.

Todos los grupos políticos han convenido en catalogar de ataque a los valores europeos y a la democracia lo sucedido a finales de julio en Noruega.

El líder los liberales europeos, Guy Verhofstadt, ha lamentado que "los políticos populistas y racistas declinaran su responsabilidad de un atentado del que también deberían sentirse responsables" en el terreno ideológico.

En esa línea, el eurodiputado galo de la Alianza de los Verdes en la Eurocámara Daniel Cohn-Bendit, ha apuntado que el fundador del Frente Nacional francés, Jean-Marie Le Pen, de los populares europeos, "debería sentir vergüenza por señalar que la culpa del atentado es del gobierno noruego por tolerar la multiculturalidad".

El pasado 22 de julio, el ultraderechista Anders Behring Breivik acabó con la vida de 77 personas, la mayoría jóvenes que participaban de un campamento del partido laborista noruego, en la isla de Utoya, en Noruega.