Se conoce como el pintalabios "mágico", porque cambia de color dependiendo del color de cada piel, y hace furor en el mundo del maquillaje. Un cosmético, de procedencia marroquí-o al menos así se publicita-y muy asequible que, sin embargo, tiene sus riesgos.
Así lo ha advertido la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, que ha desmontado todos los mitos que lo rodean: empezando por el origen. Su fabricación no se lleva a cabo en Marruecos, sino en Taiwan. Al menos, el de la marca más vendida a través de Internet, Hare, sobre la que se ha realizado el estudio.
Otra de sus supuestas bondades es su capacidad para nutrir nuestros labios debido a sus ingredientes naturales, principalmente henna y argán. Otra mentira, según la asociación de consumidores. En su composición se encuentran ingredientes no tan naturales como los que nos intentan vender: predominan las ceras y la lanolina, dos componentes nada extraordinarios y contiene además propilparaben, un ingrediente nada recomendado.
Además, advierten, no cumple con los requisitos de etiquetado, que obliga a informar de su composición, la fecha de duración mínima, el nombre y la dirección del fabricante; el número de lote, o el contenido en gramos del envase.
¿A qué se debe que el pintalabios cambie de color al contacto con nuestra piel? No es nada digno de un truco de magia, sino que detrás de este proceso están los bromoácidos, unos colorantes sintéticos que, en reacción con la humedad de los labios y del aire, se transforman en un color distinto en nuestra piel. Este componente es habitual en otros productos cosméticos.
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