El policía ejemplar que fue determinante para resolver el crimen de Carrasco

  • Hay profesiones de las que uno no se retira nunca. Así lo demostró el pasado 12 de mayo el policía jubilado que contempló atónito cómo una mujer disparaba contra otra en una pasarela sobre el río Bernesga, en León, y no dudó en seguirla y facilitar minutos después su detención y la de otra implicada en el caso, que resultó ser su hija.

Luis Martínez

León, 17 may.- Hay profesiones de las que uno no se retira nunca. Así lo demostró el pasado 12 de mayo el policía jubilado que contempló atónito cómo una mujer disparaba contra otra en una pasarela sobre el río Bernesga, en León, y no dudó en seguirla y facilitar minutos después su detención y la de otra implicada en el caso, que resultó ser su hija.

Este policía no sabía entonces que la víctima era Isabel Carrasco, la mujer con más poder de León, que presidía la Diputación y el PP provincial, y cuyo asesinato ha acaparado durante días las portadas de la prensa nacional y los informativos de radio y televisión.

La Policía valora "enormemente" la colaboración de este agente jubilado que permitió la detención de las dos sospechosas apenas unos minutos después de cometerse el crimen y advierte de que en caso de que hubieran logrado huir la investigación se hubiera "complicado mucho".

Según los investigadores, nadie habría sospechado de las detenidas por su perfil social -ambas afiliadas al PP y esposa e hija del comisario de Policía de Astorga (León)- y hubiera sido muy difícil el esclarecimiento del crimen.

Insisten en que si las dos mujeres hubieran conseguido huir del lugar el pasado lunes habría sido muy difícil vincularlas con el crimen.

Los investigadores consideran que aunque la planificación fue "chapucera" -a las cinco de la tarde y un lugar transitado-, no es descartable que hubieran podido huir porque generalmente los testigos de este tipo de hechos se quedan bloqueados y tardan en reaccionar, lo que necesitaban las presuntas autoras del crimen para llegar a su coche, estacionado en las inmediaciones.

Además, sostienen que Isabel Carrasco era una mujer con mucho poder y, por tanto, con muchos enemigos, y si no se hubiera podido detener a las autoras de su muerte y establecido un móvil, en este caso la venganza personal, las especulaciones y cábalas sobre su asesinato hubieran crecido de forma exponencial según pasaran los días.

El policía "ejemplar" que consiguió que esto no fuera posible vio cómo la autora de los disparos se reunía con otra mujer más joven y se alejaban del lugar a paso rápido pero con aparente tranquilidad.

En un momento dado, ambas se separaron y optó por seguir a la que había visto efectuar los disparos.

Mientras tanto se había puesto en contacto telefónico con la Policía y les iba comunicando la situación de la mujer hasta que esta llego a la Gran Vía de San Marcos, se introdujo en un Mercedes deportivo y se sentó en el asiento del copiloto.

Allí fue detenida e identificada como María Montserrat González Fernández, de 55 años.

Transcurridos unos minutos llegó su hija, Montserrat Triana Martínez González, de 35 años, que se había separado de su madre para deshacerse del arma homicida, que depositó en un coche de Raquel Gago, de 41 años, policía local, con la que mantiene una estrecha amistad.

Testigos presenciales afirman que Montserrat Triana Martínez y Raquel Gago se vieron en la calle poco después del crimen en lo que no parecía un encuentro casual, como han declarado ante la Policía y la jueza que instruye las diligencias del caso.

Las tres están ya en la prisión provincial de la localidad leonesa de Mansilla de las Mulas, muy próxima a la capital, imputadas por homicidio, atentado contra la autoridad y tenencia ilícita de armas.

La instrucción se centra ahora en tratar de determinar la implicación de esta agente en el caso, a la que jueza envió a prisión tras una declaración plagada de "incongruencias" y en la que no supo ni pudo justificar cómo llegó el arma a su poder ni por qué tardó treinta horas en entregarla en comisaría.

Isabel Carrasco murió tras recibir varios disparos el pasado lunes, 12 de mayo, poco después de las 17.15 horas, cuando caminaba por una pasarela sobre el río Bernesga, cerca de su casa, en dirección a la sede el PP, para dirigirse a un mitin que se iba a celebrar en Valladolid con la presencia del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy.

Los investigadores aseguran que María Montserrat González Fernández y su hija llevaban años retroalimentando su odio hacia Isabel Carrasco, a la que acusaban de haber despedido a la segunda de la Diputación de León en 2011.

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