El proceso de paz en Ucrania deberá esperar ante recrudecimiento de combates

  • El plan de paz propuesto por el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, deberá esperar ante el recrudecimiento de los combates en el este prorruso, pese a que el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, también aboga por el pronto inicio de un proceso negociador.

Boris Klimenko

Kiev, 27 ago.- El plan de paz propuesto por el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, deberá esperar ante el recrudecimiento de los combates en el este prorruso, pese a que el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, también aboga por el pronto inicio de un proceso negociador.

"La operación antiterrorista es nuestra prerrogativa soberana para defender nuestro país. Y si hay ataques por parte de los terroristas, nuestro Ejército debe defender al pueblo", aseguró hoy Valeri Chali, subjefe de la Administración presidencial ucraniana.

Anoche, tras reunirse con Putin en Minsk, Poroshenko anunció los planes para elaborar una "hoja de ruta", cuyo objetivo es la pronta entrada en vigor de un régimen de alto el fuego bilateral supervisado por la comunidad internacional.

No obstante, las ilusiones de paz se toparon hoy con la cruda realidad en el campo de batalla de las regiones de Donetsk y Lugansk, escenario de encarnizados combates desde anoche.

"Las pérdidas del enemigo son tres tanques, dos blindados, cuatro morteros, un camión y una lanzadera de misiles de bocas múltiples 'Smerch'. También han sido aniquilados 225 terroristas", señala el parte diario del mando militar ucraniano.

Por su parte, los rebeldes prorrusos anunciaron el apresamiento de casi un centenar de soldados ucranianos, que se habrían entregado tras ser emboscados en Donetsk, extremo aún no confirmado por fuentes oficiales.

Lo que sí confirmaron fue que sus tropas han sido rodeadas en la localidad de Ilovaisk, aunque no por mérito de los milicianos separatistas, sino por los refuerzos en forma de blindados y lanzaderas múltiples enviadas por la vecina Rusia, según Kiev.

Al parecer, de acuerdo con medios locales, los separatistas podrían haber llegado al puerto de Novoazovsk, a orillas del mar de Azov, con lo que habrían logrado su deseo de abrir un segundo frente para aliviar el sitio de Donetsk y Lugansk, sus principales plazas fuertes.

Mientras, varias personas habrían muerto en Donetsk al caer proyectiles de mortero sobre edificios de viviendas y calles de la ciudad, indicaron las autoridades locales.

En un intento de aprovechar el impulso de la cumbre de Minsk, Putin y la canciller alemana, Angela Merkel, abogaron hoy por el pronto inicio de un proceso de arreglo político del conflicto ucraniano.

"Putin y Merkel se pronunciaron a favor del pronto cese del derramamiento de sangre, el alivio de la situación humanitaria y la necesidad de pasar a la vía del arreglo político", afirmó el Kremlin en un comunicado.

El líder ruso informó a su colega alemana sobre su intención de enviar nuevos convoyes con ayuda humanitaria con destino al este ucraniano.

Ambos líderes "subrayaron la importancia de proseguir los esfuerzos internacionales para contribuir a reducir la escalada del conflicto ucraniano a través del Grupo de Contacto (Ucrania, Rusia y Unión Europea) que debería reanudar sus labores en breve" en Minsk, añadió la nota.

Tras reunirse por primera vez con Poroshenko sin mediadores, el jefe del Kremlin llamó a iniciar cuanto antes un proceso de paz, al tiempo que garantizó que Moscú no impondrá condiciones para un alto el fuego entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes prorrusos.

Pero Putin insistió en el cese de la ofensiva ucraniana contra los bastiones rebeldes y en el inicio de un diálogo entre Kiev y los representantes de Lugansk y Donetsk, mientras el plan de paz de Poroshenko incluye como condición precisamente el desarme de las milicias prorrusas.

Kiev únicamente contempla el diálogo con los representantes de esas dos regiones que sean democráticamente elegidos en los comicios legislativos convocados esta semana para el próximo 26 de octubre.

El diálogo de sordos entre Kiev y Moscú se acentúa porque los rebeldes nunca aceptarán un plan de paz que exige su capitulación, como aseguró recientemente Alexandr Borodái, uno de los líderes separatistas en Donetsk, al periódico ruso "Nóvaya Gazeta".

El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, contribuyó aún más a la confusión, al criticar hoy duramente la negativa de Kiev a dialogar con los separatistas.

"Es una postura absolutamente irresponsable cuando las autoridades ucranianas dicen: 'Comenzaremos el diálogo, pero sólo cuando Donetsk y Lugansk deponga las armas y, si no lo hacen, lograremos nuestros objetivos militarmente'", declaró.

E insistió en que la población de esas regiones desea hablar en ruso, educar a sus hijos en ese idioma, elegir a sus gobernadores por sufragio directo y que sus impuestos sean gestionados por sus regiones y no por Kiev.

"Estamos convencidos de que hay que hacer todo lo posible para que se sienten a la mesa de negociaciones y, a partir de un pronto alto el fuego, comiencen a escucharse. Hasta que se sienten, no sabremos si podrán vivir juntos o no", subrayó.

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