El Senado olvida la bronca

  • José Miguel Blanco.

José Miguel Blanco.

Madrid, 5 jun.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acude hoy a su última sesión de control en el periodo de sesiones con el que el Senado ha estrenado legislatura, un tiempo en el que la Cámara ha olvidado la bronca ya habitual que vivía cada vez que acudía a ella el anterior jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

"No sé si ésta es la mejor imagen que debemos dar del Parlamento. A mí personalmente me parece lamentable", llegó a quejarse en una de las sesiones de la última legislatura el anterior presidente del Senado, Javier Rojo, tras la actitud de los senadores de las bancadas socialista y popular ante una comparecencia de Zapatero.

Fue una llamada de atención ante las habituales interrupciones del pleno cuando se trataba de preguntar al presidente del Gobierno, quien tuvo como principal azote en la Cámara a quien hoy es el presidente de esta institución, Pío García Escudero.

Y no sólo con Zapatero de protagonista, sino también otros miembros de su Gabinete como el vicepresidente Manuel Chaves.

"Es lamentable lo que estamos haciendo. Cuando lo veamos en las cámaras de televisión nos avergonzaremos de lo que estamos haciendo", dijo Rojo hace poco más de un año ante el cruce de acusaciones de "mentirosos" y gritos de "!fuera, fuera!" por parte de socialistas y populares en una pregunta sobre los Eres fraudulentos en Andalucía.

Pero el principal motivo de las tensas sesiones en la pasada legislatura fue la crisis económica y el progresivo incremento de las cifras del paro, que llevó en numerosas ocasiones a García Escudero a pedir que Zapatero abandonara cuanto antes el Palacio de la Moncloa.

Si los populares consideraban inútil la gestión del Gabinete socialista, los senadores que lo sustentaban llegaban a corear consignas alusivas a casos como el Gürtel.

También el Estatuto de Cataluña o la política con Cuba y Venezuela sirvió para que García Escudero dirigiera durísimas críticas a Zapatero en algunas de las sesiones de control del Senado. Y no faltó algún pleno cargado de imprecaciones a cuenta de ETA.

Fue el caso del "cara a cara" entre Zapatero y García Escudero sobre la prisión atenuada al etarra José Ignacio de Juana Chaos.

En esa sesión, Rojo también tuvo que emplearse a fondo y pedir silencio hasta en una treintena de ocasiones con el objetivo de que cesaran las interrupciones y el debate parlamentario pudiera seguir su curso habitual.

Si Rojo pidió silencio treinta veces, los senadores del PP interrumpieron las intervenciones de su portavoz y del jefe del Gobierno en más de setenta ocasiones, como quedó registrado en la transcripción taquigráfica de aquella sesión.

El expresidente del Gobierno vio también cómo los senadores del PP pedían simbólicamente su oreja tras responder a una pregunta sobre la subida de impuestos.

Pese a todo ello, la despedida de Zapatero del Senado fue de guante blanco, y en su última comparecencia ante la Cámara, García Escudero le mostró su respeto, le deseó suerte y reconoció el acierto de que decidiera acudir una vez al mes a esta institución para responder a las preguntas de los senadores.

Rajoy optó por seguir esa tradición y la de hoy es la cuarta vez que acuda al pleno de la Cámara Alta para responder, entre otras, a una pregunta del portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, sobre la gestión de la crisis.

El talante de los duelos Rajoy-Iglesias, al menos hasta hoy, dista del que existía en los protagonizados por Zapatero y García Escudero, a pesar de que las sesiones de control han coincidido en el tiempo con los momentos de mayor tensión de la crisis económica.

Hasta el punto de que uno de los momentos más incómodos del presidente del Gobierno en la Cámara Alta no fue en el pleno, sino en los pasillos, cuando una férrea barrera de periodistas que intentaban conseguir sus declaraciones en un día muy malo para la Bolsa y la prima de riesgo, le obligó a darse la vuelta y salir por otra puerta del recinto.

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