La medida fue impuesta por el Ministerio de Justicia, como sanción a reiterados desacatos cometidos por el interno, el último de ellos mantener un teléfono celular, informó en rueda de prensa la ministra de Justicia, Javiera Blanco.
"Se encontró en posesión del interno Álvaro Corbalán Castilla un celular y un chip, situación que ya había ocurrido en el pasado y que fue sancionada", dijo la ministra.
Además de su traslado desde el penal especial de Punta Peuco, donde un centenar de exmilitares cumplen condenas por delitos de lesa humanidad cometidas durante la dictadura de Pinochet (1973-1990) en condiciones privilegiadas respecto del resto de la población penal chilena, Corbalán no podrá recibir visitas en 30 días.
"La señal que queremos dar es que Punta Peuco no es un recinto extraordinario, es una cárcel más y los internos de dicha cárcel van a estar sometidos a los regímenes disciplinarios de cualquier interno del país", dijo la ministra Blanco, sobre un recinto que las agrupaciones de víctimas de la dictadura exigen cerrar desde hace años.
Exjefe de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), la policía política que sucedió a la temida Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), que operó los primeros cinco años de dictadura y a la que se le atribuyen la mayoría de los más de 3.200 muertos que dejó el régimen, Corbalán ingresó al penal de Punta Peuco en abril de 2004.
Está condenado a cadena perpetua por el asesinado de Juan Alegría, en 1982, un carpintero que fue asesinado para encubrir el crimen del presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de la época, Tucapel Jiménez, perpetrado por agentes de la dictadura de Pinochet.
Además de ese caso, Corbalán ha recibido múltiples condenas por otros crímenes, torturas y desapariciones perpetradas por la CNI.
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