Errenteria rechaza a ETA y apoya un "final dialogado" de la violencia

San Sebastián, 26 jul.- El Ayuntamiento de Errenteria (Gipuzkoa), que gobierna Bildu, ha aprobado hoy, con los votos del PSE/EE, PNV, EB y PP, una moción de rechazo de la violencia, incluida la de ETA, y de apoyo a un "final dialogado" del terrorismo si existe "voluntad" de abandonar las armas.

El pleno del Ayuntamiento de Errenteria tenía previsto debatir hoy la moción del PP que pide la condena de todos los atentados de ETA y la disolución de la organización terrorista, aunque este texto finalmente no ha sido votado.

En su lugar, el PSE/EE, el PNV y EB han presentado una moción alternativa de rechazo a la violencia que ha recibido el apoyo de los dos concejales del PP, mientras que Bildu no ha participado en la votación, al igual que ha hecho en otros consistorios.

Esta moción no incluye la condena de los atentados y tampoco la exigencia de disolución de la organización terrorista.

El alcalde, Julen Mendoza (Bildu), ha afirmado que suscribe el 100% el contenido de la moción aprobada, aunque no la ha votado al considerarla insuficiente y discrepar del "contexto" en el que se debate.

La declaración consta de dos puntos, el primero de los cuales contiene "el rechazo a la violencia como instrumento de acción política o método para logro de objetivos políticos, cualquiera que sea su origen y naturaleza".

"Este rechazo abiertamente y sin ambages incluye a la organización ETA en cuanto sujeto activo de conductas que vulnera derechos y libertades fundamentales de las personas", agrega el texto.

En su segundo punto, los firmantes se declaran "convencidos de que la política puede y debe contribuir al fin de la violencia", por lo que apoyan "procesos de diálogo entre los poderes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia", siempre y cuando "se producen las condiciones adecuadas".

Dichas condiciones deben ser "una clara voluntad para poner fin" a la violencia y la expresión de "actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción", al tiempo que se respete "el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular".