Euroescépticos y Piratas luchan por un hueco en el Bundestag

  • El euroescepticismo alemán busca su hueco en el Bundestag (Parlamento) como contrapeso a la defensa del euro de Angela Merkel y mirando de reojo al partido Pirata, formación de nuevo cuño que de la efervescencia inicial pasó al desplome.

Gemma Casadevall

Berlín, 11 may.- El euroescepticismo alemán busca su hueco en el Bundestag (Parlamento) como contrapeso a la defensa del euro de Angela Merkel y mirando de reojo al partido Pirata, formación de nuevo cuño que de la efervescencia inicial pasó al desplome.

Las dos plataformas del euroescepticismo que conviven en Alemania no deberían, teóricamente, preocupar a la canciller: tanto a la Alternative für Deutschland (AfD) como a Freie Wähler (Electores Libres) se les vaticinan, respectivamente, entre un 3 % y un 2 % en las elecciones del 22 de septiembre.

La primera, más radical, apuesta por la derogación del euro, se fundó en abril y desde entonces suma 11.000 militantes, arrebatados principalmente al Partido Liberal (FDP), socio de Merkel, pero también de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller.

La segunda, más moderada y nacida años atrás entre escindidos de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada a la CDU, formalizó hoy sábado su programa para las elecciones al Bundestag.

Una y otra formación compiten por un nicho electoral parecido y se usurpan militancia, lo que perjudica sus perspectivas y alegra a quienes temen un auge euroescéptico en la primera economía europea, el país que, como admite Merkel, más beneficios ha sacado del euro.

Aunque se estima que ninguna alcanzará el 5 % mínimo para lograr escaños, ello que no quita que puedan arañar al oficialismo unas decenas de miles de votos capaces de decantar la balanza en contra del propósito de Merkel de reeditar su coalición de centro-derecha.

De su evolución en los próximos meses dependerá que avancen o no hacia el techo del 17 % de votantes "potenciales" que los sondeos vislumbran, a medio plazo, para el euroescepticismo alemán.

El espejo en que no quieren mirarse, ni el radical AfD ni el moderado Freie Wähler, es el del Partido Pirata, una formación que irrumpió en 2011 con la fuerza del neófito al que parecía estar esperando el electorado joven y urbano.

Los sondeos les situaban hasta hace unos meses en el 8 % de intención de voto, pero una serie de trifulcas internas les desplomaron al 2 % que actualmente se les pronostica.

A tratar de invertir esa tendencia se han consagrado el congreso Pirata de este fin de semana en Neumarkt, en Baviera, que se abrió con la retirada de su secretario ejecutivo, Johannes Ponader, como responsable de la mala situación del partido.

Ponader hizo un "mea culpa" por los desaguisados de estos meses y su puesto pasó a Katharina Nocum, otro rostro jovencísimo -26 años- a añadir en la lista de los que pasaron por la cúpula del partido.

A continuación se aprobó un programa fundamentado en puntos como el derecho a unos ingresos mínimos de 1.000 euros al mes, al transporte público urbano gratuito, a la doble nacionalidad y a la posesión legal de 30 gramos de cannabis para el consumo propio.

Con ese programa pretende acceder al Bundestag un partido que en 2011 sacudió el anquilosado panorama político apuntalado en su defensa de la libertad en internet.

Desde su posición de extraparlamentarios saltaron al 8,9 % en las elecciones regionales de Berlín, en septiembre de 2011, y en cuestión de meses reprodujeron ese éxito en otros cuatro "Länder" de tejido social distinto a la ciudad-estado y capital.

A partir de ahí empezaron a enredarse en disputas, algo que se comparó con los inicios caóticos de otros partidos antijerárquicos, como los Verdes, pero que en los Piratas puede precipitar su fin.

Los Verdes tenían una consistencia programática que les hacía emerger por encima del caos, mientras que los Piratas han caído en la improvisación al tratar de dotarse de unos contenidos mínimos.

El partido luchó desde el inicio contra la etiqueta de "defensor de internet" sin más, con unas bases vistosas pero poco sólidas, que crecía en militancia como quien agrega amigos en facebook.

Sin embargo, hasta ahora no logró ganar en solidez en puntos esenciales, como es política fiscal o Exteriores, mientras se filtraban en sus foros consignas sexistas o ultraderechistas.

Hasta el 22 de septiembre, deben lograr dar la vuelta a los sondeos o habrán dado por bueno el cálculo de quienes, ya en 2011, pronosticaron que su efervescencia berlinesa sería efímera.

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