El grupo, de 24 investigadores, llamado Joint Investigative Mechanism (JIM, Mecanismo de Investigación Conjunta) se estableció en agosto de 2015 después de los ataques con gas de cloro en tres aldeas sirias que mataron a 13 personas.
Está dirigido por Victoria Gamba, una especialista en desarme argentina. El mandato que le ha confiado el Consejo de Seguridad es por un año, aunque podría ser ampliado.
El trabajo sobre el terreno comenzará "en la primera semana de marzo", dijo a la prensa Gamba. Los investigadores, divididos en dos grupos de trabajo paralelos, llevarán a cabo entrevistas y "visitas en el terreno si la seguridad lo permite".
Según Gamba, quien informó sobre su misión al Consejo el lunes, el JIM -creado por las Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)- ha establecido una lista de siete supuestos casos de ataques químicos a examinar de forma prioritaria.
Cinco en la provincia de Idlib, en Talmenes (21 de abril de 2014), en Qmenas y Sarmin (16 de marzo de 2015), en Binnish (23 de marzo de 2015) y en Al-Tamanah (29/30 de abril y 25/26 de mayo de 2014).
Los otros dos se refieren a los ocurridos en las localidades de Kafr Zita (Hama, el 11 y 18 de abril de 2014) y Marea (Alepo, el 21 de agosto de 2015).
Los tres primeros casos son atribuidos por los países occidentales a gases de cloro lanzados por las fuerza gubernamentales, mientras que el de Marea se trataría de un ataque con gas mostaza realizado por la organización Estados Islámico.
El JIM presentará cada mes un informe sobre el progreso de sus investigaciones al Consejo de Seguridad.
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