En el congreso extraordinario

Feijóo se postula para presidir el PP con su gestión en Galicia como garantía

Ratifica que se presenta un día después de celebrar los 13 años de la victoria que el 1 de marzo de 2009 que le devolvió la Xunta al PPdeG y ratifica su compromiso con los valores del Partido Popular.

Feijoo
Feijoo se postula para presidir el PP con su gestión en Galicia como garantía.
Europa Press

De Galicia a Madrid. Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Junta de Galicia desde hace más 13 años se postula para presidir el PP nacional. Así lo ha anunciado en la asamblea celebrada en Santiago de Compostela este miércoles donde, acompañado por miles de afiliados, ha hecho gala de su solidez política como líder autonómico y adalid dentro del Partido Popular explicando los detalles de su recorrido y sus dificultades. Ha explicado que ha dudado mucho, y que lo más importante en su vida sigue en Galicia pero, ha puntualizado, las necesidades políticas le han llevado a no "desatenderse". Así, la 'cabeza popular' en Galicia cede su silla autonómica haciendo gala de los éxitos cosechados desde 2009: desde la crisis del Prestige, hasta los años del crack económico y el golpe al PP en la moción de censura, situaciones a las que el PPdeG se ha sobrepuesto. "Lo hemos demostrado en Galicia", ha dicho, aludiendo después a su compromiso total con las "ideas" del PP y la certeza de "ganar a Pedro Sánchez".

Así, el presidente de la Xunta de Galicia y líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, ha ratificado lo que en el partido se daba por hecho desde hace días: optará a liderar el PP en el congreso extraordinario de Sevilla de los días 1 y 2 de abril, que dará por zanjada la etapa de Pablo Casado tras la guerra abierta con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. "Si hay de lo que no dudo es que el PP tiene un gran futuro por delante. Haremos lo que debemos, remontaremos y seremos el PP que España confió, el que España necesita y por el que España está esperando", ha manifestado Feijóo durante la Junta Directiva del PP gallego, a la que ha pedido "autorización" para presentar su candidatura a la Presidencia del PP. Da el paso aclamado por las principales voces del PP nacional y tras afirmar él mismo que haría lo que le "pidiese" su formación. 

El presidente del PP gallego ha asegurado que "es posible" llevar de nuevo al PP al Gobierno de España si sale "recuperado" del congreso extraordinario que celebrará el próximo mes de abril en Sevilla. "Es posible si este partido sale recuperado, si no va de vencernos a nosotros", ha advertido, no sin antes señalar que puede haber varios candidatos pero "solo un derrotado", el Gobierno "multipartido socialista-comunista-nacionalista".

Feijóo también ha aprovechado su intervención para explicar por qué en 2018 no dio este paso adelante pero ahora sí. "En 2018 fallar a Galicia sería fallarme a mí mismo, y hoy siento que fallar al PP sería fallar a Galicia y al resto de España", ha esgrimido en un discurso aclamado por las en torno a 600 personas presentes. "España nos está esperando y en el PP va a encontrar un partido para gobernar. Ocurra lo que ocurra en Sevilla, seguiré siendo el mismo servidor público", ha afirmado, para terminar su intervención con un "gracias" repetido y asegurando que ahora mismo se irá a preparar la reunión de su gobierno de este jueves.

Un CV de 'buen gestor'

Desde que entró en la Xunta en 2009 y con más fuerza si cabe durante la gestión frente al coronavirus, en la que ha confrontado duramente contra el Gobierno de Sánchez, ha recurrido a la capacidad de gestión y a su experiencia como caballo de batalla. Así consiguió su cuarta mayoría absoluta en el verano de 2020, ya con una pandemia que ha marcado los últimos dos años. Lejanas ya algunas fotos de su biografía, como la de la manguera apagando un incendio en 2006, años después de dejar atrás la gomina y de reivindicarse como 'rapaz de aldea', el vecino más famoso de Os Peares, cuya presencia en Madrid nunca ha cesado, buscará emprender el camino de vuelta sin ocultar sus galones.

A Feijóo le gusta presentarse como hombre de Estado en Galicia y abordar desde ese papel asuntos como el conflicto catalán; y ha actuado como un dirigente moderado que huye de radicalismos -aunque sus rivales recuerdan que llegó a la Xunta tras una dura oposición y secundando una campaña en la que se acusaba al entonces Gobierno de "imponer" el gallego en la enseñanza-. Pero ha sabido adaptar su relato y marcar distancias con el ala más dura y conservadora de Génova. Está por ver cuál es su estrategia ahora para contener a Vox y sobrevuela la coyuntura de Castilla y León como primer examen. El dato que esgrimen los suyos es que ni Vox ni Cs se sientan en la Cámara autonómica.

Su entorno ha negado siempre que tuviese la ambición de dar el salto a la política estatal. Lo siguen negando, pero ahora "no queda más remedio". Reivindicó su lealtad a Rajoy y dijo que no sería "un Judas". Lo mismo hizo con Casado, a quien apoyó de forma interpuesta. Fue su aliento en la batalla sucesoria de Rajoy, propició su caída apoyando a Ayuso y ahora será su heredero.

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