Felipe VI se reúne con la nueva presidenta de la Real Academia de la Historia

Madrid, 27 ene.- El Rey se ha reunido hoy con la historiadora Carmen Iglesias, nueva presidenta de la Real Academia de la Historia y profesora suya en su etapa universitaria cuando era Príncipe de Asturias, a quien ha dispensado una cariñosa acogida al recibirla en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela.

Ante los fotógrafos que han seguido el encuentro, el Monarca ha saludado a Iglesias con dos besos, muy sonriente, para intercambiar ambos algunos comentarios mientras posaban antes de entrar en el despacho del jefe del Estado.

Con esta entrevista, don Felipe completa los encuentros que a lo largo del día de hoy ha mantenido con los cuatro nuevos presidentes de Reales Academias, con el propósito de conocer sus proyectos de futuro y su diagnóstico sobre la situación de estas instituciones.

Esta mañana se reunió con el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, con el presidente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, Juan Velarde, y con el director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Fernando de Terán, los cuales fueron elegidos, al igual de Iglesias, en diciembre pasado.

Carmen Iglesias, nacida en Madrid en 1942, fue la primera mujer en ingresar en la Academia de la Historia, también es académica de la Lengua y dirigió el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Ha mantenido una estrecha vinculación con la Casa Real, ya que fue tutora de la infanta Cristina en la Universidad y después impartió clases de Historia a don Felipe.

Prueba de sus lazos con la Familia Real es el hecho de que en mayo del año pasado, antes de su abdicación, el Rey don Juan Carlos le concediera el título de condesa de Gisbert, un reconocimiento con el que el anterior Monarca quería demostrarle su aprecio.

Don Juan Carlos destacó entonces de Carmen Iglesias su "brillante e intensa" labor académica y docente "al servicio de España y de la Corona".

La institución que preside desde diciembre de 2014 se fundó, como reunión literaria de amigos, en 1735.

Felipe V autorizó tres años después estos encuentros, poniendo así bajo su protección a la academia.

Cuenta con subvenciones del Ministerio de Educación y Cultura, así como con apoyo de entidades privadas, y posee una importante biblioteca y archivo donde guarda códices, manuscritos e incunables, utilizados por investigadores de todo el mundo.