Fiscal general EEUU puede ser acusado de desacato en caso "Rápido y Furioso"

  • Los congresistas republicanos que investigan el caso "Rápido y Furioso" estudian acusar de desacato al fiscal general de EE.UU., Eric Holder, por la supuesta "obstrucción" de la investigación sobre el paso ilegal de armas a México en 2009.

Washington, 27 abr.- Los congresistas republicanos que investigan el caso "Rápido y Furioso" estudian acusar de desacato al fiscal general de EE.UU., Eric Holder, por la supuesta "obstrucción" de la investigación sobre el paso ilegal de armas a México en 2009.

Según informó hoy la cadena Fox News, los legisladores han redactado el borrador de una "citación de desacato" contra Holder y el Departamento de Justicia, una resolución que le acusa formalmente de haber "obstruido y retrasado" la investigación legislativa.

El autor del borrador es el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes, el republicano Darrell Issa, quien reconoció que la decisión de acusar a Holder no está tomada aún, pero tiene el visto bueno del presidente del hemiciclo, el republicano John Boehner.

"Tenemos algunas otras opciones (pero) nos han puesto demasiados obstáculos en el Departamento de Justicia", dijo Issa a la cadena Fox News.

Si la denuncia por desacato fuera aprobada por la Cámara de Representantes, sería enviada a la oficina de Holder en Washington o quizá a un investigador independiente, en un intento de que el Departamento de Justicia proporcione decenas de miles de documentos internos al comité.

En una audiencia en febrero, Holder explicó que el Departamento de Justicia sólo entregaría aquellos documentos que no violen el llamado "privilegio ejecutivo", que permite a las agencias federales realizar deliberaciones internas.

Sin embargo, Issa denuncia que los legisladores sólo han recibido una pequeña porción de los documentos solicitados, y que éstos se encuentran editados hasta el punto de no aportar información.

Según Holder, el Departamento de Justicia ha entregado hasta ahora unas 6.400 páginas de documentos sobre la operación, dirigida por el despacho en Phoenix (Arizona) de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por su sigla en inglés).

En ella, la ATF perdió el rastro a unas 2.000 armas, muchas de las cuales han aparecido en más de un centenar de escenas de crímenes en México.

Dos de ellas fueron halladas en la escena del asesinato del agente fronterizo estadounidense Brian Terry en diciembre de 2010.

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