San Salvador, 9 nov.- La Fiscalía de El Salvador acusó hoy a un joven guatemalteco de complicidad en el asesinato de su novia salvadoreña, crimen que fue producto de una "conspiración familiar" y por el que también están detenidos la madrastra, una tía y el padre del muchacho, informaron fuentes oficiales.
La Fiscalía General de la República (FGR) acusó ante un tribunal de San Salvador a José Alejandro Bobadilla, de 20 años, por complicidad en los delitos de privación de libertad y homicidio agravado contra Helene Arias Moreno (22), quien estudiaba administración de empresas en una universidad privada.
El fiscal general adjunto de El Salvador, Ovidio Portillo, declaró a los periodistas que Arias Moreno fue víctima de "una conspiración familiar" para secuestrarla y "lucrarse económicamente", aunque terminó en asesinato.
El cadáver de la víctima fue hallado por las autoridades el pasado día 1, sepultado en el patio de la casa de los parientes de su novio, en una colonia privada, después de que ella desapareciera el 30 de octubre en un centro comercial de San Salvador.
La joven había sido citada por la salvadoreña Claudia Patricia Leiva de Bobadilla, madrastra de su novio, y por la tía de éste, la guatemalteca Andrea Alexandra Bobadilla, supuestamente para pagarle 1.000 dólares que la primera le debía.
Las autoridades han establecido que las dos mujeres llevaron a la universitaria a la casa familiar en el vehículo del padre del novio, el guatemalteco Juan José Bobadilla; intentaron asfixiarla con una cuerda, la mataron a martillazos en el cráneo y la sepultaron en el patio.
En principio, el novio de la estudiante no fue involucrado en el asesinato, sino que aparentemente ayudaba a las autoridades en las investigaciones, pero sus contradicciones y varias pistas condujeron a su captura el pasado miércoles.
Según la Policía y la FGR, el novio sabía que su madrastra y su tía iban a reunirse con Helene, pero no lo informó a las autoridades mientras ella estaba desaparecida, sino hasta después de que se halló el cadáver.
Además, José Alejandro fingió ante sus suegros que hacía llamadas al teléfono móvil de la muchacha, pues no hay registros, aunque sí se comunicó con su tía y su madrastra en las horas en que, de acuerdo con las investigaciones, se ejecutaba el asesinato.
El joven también aconsejó a sus suegros que, si se trataba de un secuestro, vendieran su casa y otros bienes para pagar el rescate.
Asimismo, entre sus pertenencias se encontraron "varios dibujos donde el imputado describía cómo iban a asesinar a Helene", dijo una de las investigadoras del caso, citada en un comunicado de la FGR.
En esos papeles, el joven "incluso relataba que le (iban) a dar golpes en la cabeza, pues era mejor que usar un arma de fuego, lo cual coincide perfectamente con la forma en cómo se encontró la víctima", agregó.
El padre del muchacho, a quien también se acusa de complicidad por el uso de su vehículo, asegura que él no sabía nada.
Un informe presentado en octubre por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo), con el apoyo de Naciones Unidas, señaló que al menos 3.314 mujeres fueron asesinadas en el período 2005-2011 en El Salvador.
En 2005 las víctimas fueron 390 y el año pasado sumaron 630, lo que supone un incremento del 61 %, según el estudio.
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