Gran manifestación en Viena tras muerte de migrantes, cientos de refugiados llegan a Alemania

  • Unas 20.000 personas, según la policía, se manifestaron el lunes en Viena contra el trato reservado a los migrantes, unos días después del descubrimiento de un camión con 71 cadáveres en una autopista austriaca, al tiempo que cientos de refugiados llegaron en tren a Alemania.

En la capital austriaca, los manifestantes se concentraron en la estación de Westbahnhofm, a donde habían llegado poco antes trenes procedentes de Budapest con cientos de migrantes que habían estado bloqueados durante horas en la frontera austro-húngara.

En la estación de Westbahnhofm, muchos migrantes abordaron trenes con destino a Salzburgo, en la frontera austro-germana, mientras que otros tomaron una conexión con Múnich, sur de Alemania, reportó un corresponsal de la AFP.

Al mismo tiempo que desfilaban los manifestantes, tenía lugar un oficio religioso en la catedral san Esteban de la capital en memoria de los 71 migrantes muertos.

"Basta de muertos, de sufrimiento y persecuciones", exclamó el arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schoenborn.

Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel advirtió de que el fracaso de una respuesta a la crisis migratoria haría peligrar los ideales de la Unión Europea.

"Los derechos civiles universales han estado estrechamente ligados hasta ahora a Europa y su historia, en tanto que principio fundador de la Unión Europea", declaró en conferencia de prensa en Berlín, y estimó que "si Europa fracasa en la crisis de los refugiados, se romperá este vínculo con los derechos civiles universales, quedará destruido".

Merkel abogó de nuevo por un sistema de cupos por cada país europeo para los migrantes que llegan a Europa, idea que numerosos Estados rechazan.

Alemania se espera 800.000 solicitantes de asilo en 2015, el cuádruple que en 2014.

Después de retenerlos varias horas, las autoridades húngaras dejaron pasar el lunes en trenes con destino a Austria y Alemania a varios centenares de migrantes que habían pasado días en estaciones de Budapest transformadas en campos de refugiados improvisados.

Un tren procedente de la capital húngara con unos 400 migrantes a bordo llegó la noche del lunes a Baviera, sur de Alemania.

Dos tenes que transportaban a varios centenares de refugiados, principalmente sirios, fuero detenidos en la frontera austriaca, anunció la policía, que les dejó seguir viaje tras comprobar las identidades.

Los que presentaron una solicitud de asilo en Hungría debían regresar a Budapest, de acuerdo con las reglas europeas, y los migrantes no registrados fueron autorizados a continuar el viaje.

Las personas que viajaban por carretera de Hungría a Austria se topaban el lunes con atascos de 50 km cerca de la frontera. La policía detenía cada camión, furgoneta o coche en busca de traficantes de seres humanos.

Estas medidas se aplicaban desde la noche del domingo, después del descubrimiento la semana pasada de un camión abandonado en el Estado de Búrgenland, cerca de la frontera con Hungría, con 71 cuerpos en descomposición.

Por su parte, la policía eslovaca detuvo en la frontera con Hungría a dos camioneros serbios que intentaban pasar a 26 sirios e iraquíes.

En Alemania, 1.785 presuntos traficantes de migrante fueron detenidos entre enero y julio, además de "300 a 400" sólo en agosto, indicó el lunes la policía.

En el norte, sur, este, decenas de miles de migrantes, a menudo refugiados huidos de las guerras de Oriente Medio o Asia, intentan llegar al espacio Schengen, en un flujo migratorio que no tiene precedentes en Europa.

En el mar Mediterráneo, 119 migrantes fueron recuperados el lunes en una lancha neumática a la deriva a la altura de las costas libias por un barco fletado por la oenegé Médicos sin Fronteras (MSF).

Unos 150 migrantes, sobre todo refugiados sirios, han encontrado una nueva puerta de entrada por el océano Ártico, pasando por la frontera entre Rusia y Noruega (país que no forma parte de la UE pero pertenece al espacio Schengen), declaró el lunes la policía noruega.

La crisis está poniendo a prueba las relaciones entre los países europeos, que exponen a la luz del día sus divisiones.

Varios responsables occidentales criticaron recientemente a los países del este miembros de la UE por sus pocas ganas a la hora de participar en la acogida de migrantes.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, estimó que Europa "hace lo que puede" en este tema al tiempo que lamentaba que no sea "todavía bastante eficaz".

El primer vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, reconoció que "las cifras de llegadas son importantes", aunque "muy asumibles por un conjunto de 500 millones de habitantes".

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