Grande-Marlaska llega a Argel en medio de las protestas y de la alerta de atentado

Marlaska insiste que estamos ante un problema de "estricto orden público". /EFE
Marlaska insiste que estamos ante un problema de "estricto orden público". /EFE

Grande-Marlaska aterrizó está mañana en el aeropuerto "Houari Bumediane" de Argel con una agenda que incluye una reunión con su homólogo argelino, Salah Eddine Dahmoune, y con el primer ministro interno y exministro de Interior, Nuredin Bedaui, al que los manifestantes acusan de querer amañar unas elecciones que debían haberse celebrado en julio pasado.  El objetivo es "reforzar las relaciones bilaterales y la política interior que son excelentes", confirmó a Efe una fuente diplomática argelina.

El Ministerio argelino de Interior precisó, por su parte, que el objetivo de este encuentro es "reforzar la estratégica cooperación entre ambos países en la lucha contra la inmigración irregular, el terrorismo y la delincuencia organizada, así como la cooperación en el ámbito de la protección civil y la seguridad vial". Grande-Marlaska fue recibido en el aeropuerto por su colega argelino, así como por el gobernador de la provincia de Argel y el Director General de la Seguridad Nacional, que le acompañaron a la sede del ministerio de Interior, paso previo a la visita al jefe del Gobierno.

Presunto riesgo de atentado

El ministro llegó acompañado por el director general de Tráfico, Pere Navarro; el director general de Protección Civil, Alberto Herrera, y la directora general de cooperación internacional, Aina Calvo, además, de otros representantes del ministerio. La visita de Grande-Marlaska, una de las escasas de un responsable europeo a Argel desde la renuncia en abril del presidente Abdelaziz Bouteflika, forzada por la calle pero también por la presión del jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, general Ahmed Gaïd Salah, coincide, además, con la alerta emitida por el Gobierno español sobre un presunto alto riesgo de atentado en los campamentos saharauis.

Los citados campamentos se hallan en la región desértica de Tinduf, en el oeste de Argelia, y de su seguridad se encargan el Frente Polisario en el interior de los mismos y el Ejército argelino en su gran perímetro exterior, que arranca en la citada localidad y se extiende hasta Mauritania.

La alerta, hecha pública tras la visita el miércoles a Madrid del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, pide abstenerse de viajar a los campamentos de refugiados saharauis por un presunto riesgo "inminente" de atentado contra ciudadanos españoles. Todos los extranjeros que viven y trabajan en los campamentos, ya sean saharuis con nacionalidad española o cooperantes, viajan a la zona por vía aérea desde Argel a Tinduf y deben recibir para ello una autorización o un visado de las autoridades argelinas.

En un comunicado enviado a Efe, el gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) acusó al Ejecutivo español de "complicidad" con Marruecos, calificó de extraña la alerta española, y dije que está estaba "totalmente injustificada".

El ministro español de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, llegó hoy a Argel para estrechar la cooperación bilateral, en medio de las protestas populares que desde hace meses exigen la caída de "un régimen militar corrupto" y la cancelación de las elecciones presidenciales previstas para el próximo 13 de diciembre, que los manifestantes consideran una "charada". Grande-Marlaska aterrizó está mañana en el aeropuerto "Houari Bumediane" de Argel con una agenda que incluye una reunión con su homólogo argelino, Salah Eddine Dahmoune, y con el primer ministro interno y exministro de Interior, Nuredin Bedaui, al que los manifestantes acusan de querer amañar unas elecciones que debían haberse celebrado en julio pasado.

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