Hermetismo rodea los detalles de la toma de posesión de Fernández

  • La argentina Cristina Fernández sigue de cerca y en total secreto los preparativos de la toma de posesión de su segundo mandato este sábado, en la que además de una nueva banda presidencial recibirá un "popular" bastón de mando.

Maricel Seeger

Buenos Aires, 8 dic.- La argentina Cristina Fernández sigue de cerca y en total secreto los preparativos de la toma de posesión de su segundo mandato este sábado, en la que además de una nueva banda presidencial recibirá un "popular" bastón de mando.

Fernández, la primera jefa de estado en América elegida en las urnas para un segundo período, jurará el día 10 como presidenta por cuatro años más ante el pleno de diputados y senadores del Parlamento, para luego dirigirse a la sede del Gobierno a saludar a los jefes de Estado que acudirán al acto y poner en funciones al gabinete de ministros, indicaron a Efe fuentes oficiales.

El príncipe Felipe de Borbón, heredero de la Corona de España, y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fueron los primeros en confirmar su asistencia, aunque se da por descontada la presencia de la mayoría de los líderes de los países de la región.

La mandataria deberá saltarse las reglas del protocolo si desea mantener el riguroso luto que lleva desde la muerte de su marido y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007), apuntó a Efe Guillermo Acosta, profesor del Instituto Argentino de Ceremonial y Relaciones Públicas.

"El protocolo indica que si la ceremonia de toma de mando es de día, el presidente tiene que llevar ropa clara. Si es mujer, puede portar un vestido hasta las rodillas", sostuvo el especialista.

Fernández, líder del peronista Frente para la Victoria, viste de luto desde el 27 de octubre de 2010, cuando falleció Kirchner de un paro cardíaco, durante unos días de descanso que ambos compartían en la localidad de Calafate, en la Patagonia (sur del país).

La jefa de Estado mantiene la incógnita sobre el vestuario que lucirá en su asunción y los detalles de la ceremonia, aunque, después de una intensa polémica, Presidencia confirmó que, tal como señala la Constitución, será el vicepresidente Julio Cobos el encargado de tomar juramento a Fernández.

Varios dirigentes oficialistas habían pedido públicamente que Cobos se abstuviera de acudir a la ceremonia debido al enfrentamiento que mantiene con la presidenta desde 2008, cuando en un hecho sin precedentes en la historia del país definió con su voto "no positivo" el rechazo parlamentario a un proyecto gubernamental de subida de impuestos a la exportación de granos.

Luego de jurar su cargo, la jefa de Estado recibirá la banda presidencial con los colores de la bandera argentina, hecha en seda para que resulte más liviana que la que usaron los anteriores mandatarios.

También se le entregará el bastón de mando, conocido ya por más de tres millones de personas de numerosos puntos del país que participaron de su cincelado.

"Recorrí durante un año cien mil kilómetros. Fue cincelado en Argentina y también por varias personas en Barcelona, París y México en distintas actividades", señaló a Efe Juan Carlos Pallarols, el orfebre más importante del país, encargado de la fabricación de los bastones de mando presidenciales desde el retorno de la democracia, en 1983.

El bastón, "de unos 90 centímetros, de acuerdo a la altura de la presidenta, es muy simple, de platería criolla, con una guarda que contiene 24 cardos, en alusión a cada uno de los distritos del país, y un sol en el centro", señaló Pallarols.

"Está elaborado con madera de urunday, que tiene todas las virtudes que debería tener un presidente: es recta, rígida, no se corrompe, y tiene la virtud de brillar por sí sola", precisó el orfebre.

Una vez que reciba los atributos de mando, Fernández pronunciará un discurso en el que se espera que adelante las líneas maestras de su segundo mandato, signado por el desafío de mantener el crecimiento del país en medio de las olas que ocasiona la crisis global.

Y también habrá espacio para los festejos, con un escenario que se presume se montará en la histórica Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno, para la actuación de varias bandas.

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