Endesa e Iberdrola se disputan el trono en las puertas giratorias de las eléctricas

En verano de 2019, un hombre con melena grisácea y un físico no muy preparado para una maratón corría por la madrileña calle de Narváez tras un ladrón. Después de casi 10 minutos, y tras esquivar árboles, personas y coches, el hombre se abalanzó sobre la persona que huía y tras un forcejeo consiguió neutralizarla. Allí, le pidió que le devolviera un teléfono móvil que había sustraído. El joven -que tenía casi 30 años menos- no tuvo más remedio que dárselo a regañadientes. Unos instantes después, el 'héroe' se levantó, se peinó el pelo, se sacudió un poco el polvo de la acera y con el dispositivo robado en la mano se encaminó hacia el punto de partida, donde había una joven que transformó sus lloros en alegría. Él era Carmona, en ese momento un desahuciado de la política local y que hoy es noticia por haber sido fichado para un puesto de gran relevancia en una de las eléctricas más importantes de este país.

El pasado sábado por la noche, se conocía que el que fue durante veinte años un activo para el partido socialista en Madrid, Antonio Miguel Carmona, se convertía en el nuevo vicepresidente de Iberdrola España. y podría cobrar en torno a los 400.000 euros. Este fichaje ocurre en plena 'guerra fría' entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y las eléctricas, después de que se aprobase en Consejo de Ministros la sustracción de los "beneficios extraordinarios" que generan estas entidades en el mercado eléctrico. Un contexto que crea aún más tensión en las filas socialistas al ver cómo un militante de su partido se posiciona a favor de su actual mayor 'enemigo'.

Sin embargo, esta decisión que ha llevado a cabo Carmona no es ninguna novedad, sino que, más bien, es una tradición extendida entre el poder político y las empresas eléctricas. Así, casi sesenta políticos a lo largo de la democracia han optado por aceptar un puesto en una compañía de este sector, seducidos, sobre todo, por los emolumentos a percibir. En esta lista hay ex altos cargos de partidos diferentes (principalmente los que coexistían en el bipartidismo: PSOE, PP, CiU y PNV) que tienen en común un pasado político: desde diputados, consejeros y secretarios de Estado hasta ministros y presidentes del Gobierno.

La mayoría de estos expolíticos no fueron capaces de resistir las tentadoras ofertas de las eléctricas para formar parte de sus grupos de asesores, sus consejos de administración o sus cargos directivos. Todos ellos, puestos bien remunerados.

Tras el fichaje de Carmona, Iberdrola rivaliza con Endesa para ocupar el podio de los políticos que han hecho uso de las denominadas puertas giratorias, saltando de las administraciones públicas a los negocios. Red Eléctrica y Enagás también tienen y han tenido destacados personajes de la política entre sus nóminas, pero en estos dos últimos casos, la participación del Estado en las mismas les hace jugar en otra ‘división’.

Iberdrola a lo largo de los años ha contratado políticos sin importar el partido en el que han militado. Se puede apreciar en el caso de el exministro del Interior, Ángel Acebes -del Partido Popular-, del expresidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa -del Partido Nacionalista Vasco- o del socialista y exconsejero de Economía y Hacienda de Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó. La misma táctica de fichajes la ha llevado a cabo su competidor, Endesa: desde el histórico convergente y padre de la Constitución Miquel Roca, pasando por el popular y exministro de Economía Luis de Guindos hasta el socialista y exvicepresidente con Zapatero, Pedro Solbes.

Ambas eléctricas mantienen un disputado empate a nueve de expolíticos en sus consejos en un momento u otros desde la Transición. Cifras muy superiores si las comparamos con las de otras compañías, como Abengoa (seis), Naturgy (con cinco), Gamesa (con dos), HC Energía (con uno) y Acciona (también con uno). Red Eléctrica (nueve) y Enagás (con otros nueve) completan el ránking.

Las puertas giratorias hacia el sector también han sido usadas por expresidentes del Gobierno. Así, de los seis que ha tenido España tras la Constitución de 1978, descontando a Pedro Sánchez, dos de ellos acabaron trabajando para los intereses de las eléctricas. Fue el caso de Felipe González -que presidió el país desde 1982 hasta 1996- y que en plena crisis económica (año 2010) aceptó un puesto como consejero de Gas Natural (la actual Naturgy) y José María Aznar -su sucesor- que optó por el que le ofreció Endesa. El resto no se decantó por esta vía.

Adolfo Suárez siguió en política a través de un nuevo proyecto (Centro Democrático y Social), Leopoldo Calvo Sotelo se mantuvo como diputado raso, José Luis Rodríguez Zapatero ingresó en el Consejo de Estado (un puesto al que pueden acceder los expresidentes) y, por último, Mariano Rajoy, volvió a su plaza como registrador de la propiedad.