El PSOE tiene un problema con Cháves y Griñán. Lo tiene porque prometió mucho en su día y ahora las hemerotecas pueden hacer mucho daño, más aún tras el despido fulminante de Tomás Gómez. Ya están empezando a salir las imágenes en las que Pedro Sánchez hablaba de expulsión tras imputación: "Tendrán que abandonar su puesto de diputado si son imputados" (Pedro Sánchez en Salvados).
"Esto no es ni Madrid ni Valencia y no va a haber imputados sentados en los escaños", aseguró la presidenta andaluza (Susana Díaz el 6 de noviembre en 2014).
"Siempre vamos a ser implacables contra cualquier caso de corrupción que haya. Tiempo habrá de tomar decisiones políticas, si es que viene al caso(...). El PSOE tomará sus decisiones políticas que ustedes saben, porque nos hemos caracterizado por ello, que son contundentes" (Pedro Sánchez)
"Si hay indicios de delito y se puede imputar un delito a algún aforado del PSOE seré la primera en pedirles que abandonen el escaño". Susana Díaz dijo en su día.
Bien es cierto que el juez no ha imputado aún ningún delito a Cháves y Griñán y que la declaración de ambos es el primer paso para poder hacerlo. Pero la línea roja no ha estado clara nunca y los titubeos son malos cuando se habla de corrupción. La Junta ha señalado ya que no se les ha imputado ningún delito. Pero la defensa a ultranza del PSOE sobre Griñán y Chaves también es un punto débil. Así se mostraba de rotundo Rubalcaba sobre la posibilidad de su imputación:
¡ Qué ojo el de @_Rubalcaba_ con Chaves y Griñán! pic.twitter.com/gPtNN0Mr7R— LaGaviotaPopular (@GaviotaPopular) febrero 17, 2015
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