Estabilizado el incendio de Mondariz tras una madrugada con la población en vilo

  • Algunos vecinos tuvieron que ser desalojados por la cercanía de las llamas a sus viviendas. Esta madrugada ya pudieron regresar. 
Incendio en Mondariz
Incendio en Mondariz
EFE

El fuego que ayer que se iniciaba ayer por la tarde en la localidad pontevedresa de Mondariz ya está estabilizado y los vecinos desalojados de una decena de viviendas han podido volver a sus casas pasada la una de la madrugada, según han informado fuentes de la Xunta de Galicia.

Las llamas pusieron en riesgo zonas como O Barro, Barral y Boente y tras declararse la situación dos, varios vecinos tuvieron que desalojar sus casas y no pudieron regresar hasta que la alarma fue desactivada.

El fuego ha quemado hasta esta hora más de 150 hectáreas y aunque ya está estabilizado aún permanece activo con riesgo a que algún foco pueda volver a reactivarse.

El vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, daba por descontado a última hora de ayer que el incendio ha sido intencionado. "Por desgracia, estamos acostumbrados a estas situaciones", remarcó.

Como medida de precaución y ante la proximidad de las llamas, los servicios de emergencia evacuaron la parroquia de Gargamala, cuyos vecinos son mayoritariamente de edad avanzada y viven solos. Estos vecinos, alrededor de una docena, según el conselleiro de Medio Rural, José González Vázquez, permanecen en la iglesia de la parroquia.

El conselleiro de Medio Rural ha hecho hincapié en que la Xunta está dedicando "todo el esfuerzo" para luchar contra los incendios y ha defendido la respuesta ante el declarado esta tarde en Mondariz con la movilización de diferentes medios, tanto aéreos como terrestres.

Tras retirarse los diez helicópteros que se habían movilizado al caer la noche, participan en estos momentos en las labores de extinción un técnico, siete agentes, 23 brigadas, 14 motobombas, cuatro palas y un tractor.

Este incendio se produce a escasos días de cumplirse un año de los voraces fuegos que se cobraron cuatro vidas en Galicia y que llegaron a introducirse en la zona urbana de Vigo, donde los vecinos se echaron a la calle a colaborar en las labores de extinción.

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