Irán frena su cooperación con el OIEA en plena negociación nuclear

  • En medio de los intensos esfuerzos de la comunidad internacional para negociar con Irán un acuerdo que garantice que su programa atómico no tiene fines militares, Teherán ha frenado su cooperación con los inspectores de la ONU.

Jordi Kuhs

Viena, 5 sep.- En medio de los intensos esfuerzos de la comunidad internacional para negociar con Irán un acuerdo que garantice que su programa atómico no tiene fines militares, Teherán ha frenado su cooperación con los inspectores de la ONU.

Según un informe reservado del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), al que tuvo acceso hoy Efe en Viena, Teherán se niega a debatir con los inspectores internacionales sobre las posibles dimensiones militares de sus actividades atómicas.

De un paquete de cinco medidas de creación de confianza acordado en mayo pasado, sólo se han puesto en marcha tres -dos de ellas con retraso- mientras que las dos restantes, relacionadas precisamente con esas sospechas militares, no se han tocado.

El OIEA destaca en su informe que durante la visita a Teherán el 17 de agosto de su director general, Yukiya Amano, la cúpula de Irán se había comprometió a acelerar su cooperación.

Sin embargo, en una carta enviada por Teherán al organismo sólo once días más tarde, la República Islámica argumentó que la mayor parte de las sospechas y dudas sobre la naturaleza del programa atómico son "sólo alegaciones y no merecen ser consideradas".

Irán se refería así a las "posibles dimensiones militares" de su programa nuclear, que el OIEA denuncia desde noviembre de 2011.

Las sospechas sobre estas posibles actividades militares se basan en información considerada como "creíble" por el OIEA y entregada por servicios de inteligencia de varios países.

"La puesta en marcha puntual del acuerdo marco de cooperación (iniciado en noviembre pasado) es esencial para resolver todo los asuntos pendientes", concluye Amano en el documento distribuido hoy.

Por otra parte, los inspectores del OIEA, que analizan el programa nuclear de Irán desde hace una década larga, precisan que, según lo acordado, la República Islámica se ha deshecho de todo el uranio enriquecido al 20 por ciento.

En función de su pureza, este material es susceptible de ser usado en armas atómicas, y una concentración del 20 por ciento supone un nivel de desarrollo técnico preocupante, aunque insuficiente aún para fabricar una bomba nuclear.

La neutralización de la capacidad iraní de fabricar este combustible, de uso tanto civil como militar, estaba en el centro de un acuerdo nuclear interino firmado en noviembre del año pasado entre Irán y la comunidad internacional.

Al mismo tiempo, la producción de uranio poco enriquecido hasta el 5 por ciento (para combustible nuclear), prosigue con normalidad, aunque sus reservas han sido reducidas levemente mediante la reconversión en óxido, siempre bajo la vigilancia del OIEA.

Un diplomático occidental, que sigue de cerca la investigación nuclear en Irán, señaló hoy en Viena que todos los aspectos de la investigación que no están relacionados con las posibles dimensiones militares "evolucionan bien".

"Las cosas avanzan y no se han paralizado", señaló la fuente bajo la condición del anonimato, aunque advirtió de que la investigación del OIEA "no será infinita".

"Van a tener que parar en el futuro, hacer un análisis, informar a la Junta de Gobernadores (del OIEA) y decir que han hecho lo mejor que han podido", concluyó el diplomático ante la prensa en Viena.

El informe distribuido hoy será la base de los debates que mantendrá la Junta a partir del próximo 15 de septiembre en Viena.

Entre ayer y hoy, responsables del llamado grupo 5+1, compuesto por los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) y Alemania, negocian en Ginebra con Irán sobre un acuerdo duradero.

El proceso de investigación del OIEA con Irán se produce de forma paralela a estas negociaciones, que en julio fueron prolongadas hasta el próximo 24 de noviembre.

Hasta entonces, las partes quieren alcanzar un acuerdo que ponga fina a la disputa que ocupa a la comunidad internacional desde 2002.

Occidente teme que Irán quiera hacerse, bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil, con los conocimientos y los materiales para una bomba atómica.

Teherán rechaza estas alegaciones y dice que sólo tiene intenciones pacíficas como la generación de energía eléctrica y aplicaciones científicas.

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