Irlanda del Norte gana en imagen tras una pacífica cumbre del G8

  • Irlanda del Norte despidió hoy una pacífica cumbre del G8 que le ha colocado en el escaparate internacional y le ha valido elogios por superar las amenazas de seguridad, si bien con un elevado coste económico.

Javier Aja

Enniskillen (R.Unido), 18 jun.- Irlanda del Norte despidió hoy una pacífica cumbre del G8 que le ha colocado en el escaparate internacional y le ha valido elogios por superar las amenazas de seguridad, si bien con un elevado coste económico.

De momento, la factura supera los 60 millones de euros y se espera que esta cifra suba cuando el Gobierno de Londres, anfitrión del encuentro, publique todos los detalles del gasto incurrido, sobre todo en el despliegue de un dispositivo de seguridad sin precedentes en el Reino Unido.

En principio el grueso de la factura será pagado por Londres, aunque también Belfast deberá rascarse el bolsillo contribuyendo con unos ocho millones de euros, "un dinero bien empleado" si se tiene en cuenta "la publicad positiva" obtenida", aseguró a Efe el superintendente de la policía norirlandesa, Matt Baggott.

Por tierra, agua y aire, más de 8.000 agentes del orden, aviones no tripulados ("drones"), helicópteros o vehículos anfibios velaron con éxito por la seguridad de la cumbre organizada en el idílico complejo hotelero de Lough Erne, próximo a la localidad de Enniskillen, en el condado suroccidental de Fermanagh.

De hecho, desde la manifestación contra el G8 del pasado sábado en Belfast hasta hoy, el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) sólo ha efectuado dos arrestos, según destacó Baggott.

"No ha sido fácil", aseguró el dirigente policial porque, "tristemente", la provincia aún sufre la amenaza de un "terrorismo residual" proveniente de los grupos disidentes del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), opuestos al proceso de paz.

"Estamos en el camino de la paz y, a veces, la situación también puede ser volátil, pero el hecho de que la cumbre haya transcurrido sin incidentes ha supuesto una gran inyección de buena publicidad", señaló Baggott.

Quince años después del comienzo del proceso de paz, Irlanda del Norte "ha cambiado radicalmente", a pesar de que todavía tiene en el exterior la imagen de una zona castigada por la violencia paramilitar y los disturbios callejeros, reconoció hoy a Efe la ministra británica para la provincia, Theresa Villiers.

No obstante, la organización de la cumbre del G8 ha supuesto una "gran oportunidad para mostrar al mundo", dijo la ministra, que Irlanda del Norte es un lugar "fantástico", con "bellos paisajes" en Lough Erne y el condado de Fermanagh, conocido por sus colinas y lagos.

Londres y Belfast confían en que esa imagen de eficacia y tranquilidad proyectada durante los últimos días se traduzca en "más visitantes, más turismo y más inversiones", arguyó Villiers.

Aprovechando el impulso de la cumbre, el Gobierno autónomo norirlandés de poder compartido entre católicos y protestantes organizará el próximo otoño una gran conferencia "pos-G8" con vistas a "construir una plataforma que atraiga inversiones y genere empleo", destacó Villiers.

Para el "número dos" del Ejecutivo de Belfast, el nacionalista y excomandante del IRA Martin McGuinness, "este tipo de publicidad no tiene precio", si bien aceptó que la organización de cumbres del G8 conlleva ciertos "riesgos" por los problemas de seguridad que vienen marcando estos encuentros en los últimos años.

"Sí, hay que pagar un alto coste por un evento que dura muy poco", añadió el ministro principal norirlandés, el protestante Peter Robinson.

La relación entre estos dos dirigentes, enemigos declarados durante el pasado conflicto, todavía tiene sus altibajos a pesar del éxito del proceso de paz, pero hablan con una misma voz cuando se trata de defender los intereses de la provincia.

En opinión del líder unionista, partidario de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido, el G8 se traducirá en un beneficio económico "tremendo" para la región.

"No encontrarán a dos personas tan diferentes como Martin y yo mismo, pero formamos una sociedad en el Gobierno. Es la mejor señal de que tenemos una sociedad estable y un futuro pacífico", recalcó Robinson.

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