Jáuregui advierte de que el psoe nunca aceptará la autodeterminación “por muchos eufemismos que se utilicen”


Ramón Jáuregui, diputado del PSOE y coordinador de los trabajos para la Conferencia Política, advirtió este miércoles de que el partido nunca aceptará la autodeterminación de una parte de España, “por muchos eufemismos que se utilicen” para denominar a lo que en realidad concudiría a una “inestabilidad permanente”.
En su intervención ante el Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, se refirió a las negociaciones del PSOE con el PSC para renovar su protocolo de relación, y también a los avances del partido en la negociación de un modelo territorial que debe quedar definido en el Consejo Territorial del próximo sábado.
Jáuregui aseguró que jamás antes se había hablado “tan descarnadamente” de la posible independencia de una parte de España, como ahora con Cataluña.
Cree que la única respuesta a ese reto es reformar la Constitución para avanzar hacia el federalismo, porque es lo único que puede encauzar “soluciones distintas al extremismo en el que se ha polarizado el debate” sobre ese asunto y que únicamente conduce “al enconamiento infinito”.
El PSOE y el PSC no han concluido su negociación, hay que seguir avanzando en determinadas “puntualizaciones” pero está muy avanzado y cree que podrá estar listo para la reunión del Consejo Territorial, algo que considera importante porque “la política territorial está a punto de estallar si no ha estallado ya” y el Gobierno “no hace nada”.
Aseguró que esa propuesta intentará dar salida al “perjuicio” sufrido por algunas comunidades autónomas que, al contribuir a la solidaridad, pierden “peso específico” en su financiación, pero se refirió más a una “filosofía” que a una denominación específica como pudiera ser la “ordinalidad” que defiende el PSC.
Lo mismo ocurre con las demandas para incluir en la Constitución el reconocimiento de la plurinacionalidad, un término que no contempla incluir porque, a partir de la pluralidad que sí reconoce la Carta Magna, eso se puede expresar “con mucha semántica diferente”.
Cree fundamente ser “inteligentes” para encauzar las demandas de Cataluña de forma incluyente y “no empujarles”, y se mostró convencido de que el PSOE dará “una gran noticia” en ese sentido con un documento que marcará una hoja de ruta en la resolución de esos retos.
En todo caso, cree que la solución no puede ser únicamente plantear un referéndum, y menos en plena crisis donde en medio de una “convulsión sentimental” se pretenda resolver un problema muy complejo “en un día, en una noche”.
Cree que el abanico identitario en Cataluña es muy complicado y muy amplio, y la mayoría de los ciudadanos están entre quienes se sienten tan españoles como catalanes o acentúan más un sentimiento pero sin eliminar el otro, por lo que obligarlos a elegir entre los dos extremos no es la solución. “La respuesta no puede ser la inestabilidad permanente”, sentenció.
Dentro de esa reforma constitucional que propone el PSOE, la Corona seguiría siendo “piedra de bóveda fundamental” del pacto constituyente sin ninguna otra propuesta más allá de incluir a la Monarquía en la Ley de Transparencia, desarrollar el procedimiento de sucesión y equiparar a los sexos en ese proceso porque la primacía del varón “ya no responde a los tiempos”.
Sigue defendiendo el acuerdo con el PP en la Ley de Transparencia y aboga también por endurecer las normas contra la corrupción, por ejemplo prohibiendo las aportaciones privadas anónimas a los partidos, pero siempre con una subvención pública “digna”.
Desgranó también las reformas que plantea el PSOE para hacer “más fresco y participativo” el sistema parlamentario, y en la legislación electoral para promover el acercamiento a los ciudadanos.
Los socialistas defienden también una reforma fiscal profunda y Jáuregui considera especialmente urgente mejorar la redistribución de la riqueza tanto en los ingresos como en los gastos, y frenar la brecha creciente que se da, por ejemplo, entre las retribuciones de directivos y empleados.
Pregntado por la afirmación de Angela Merkel sobre la implicación de los ricos en la salida de la crisis, reconoció que hay una situación “absurda” en la que algunos millonarios se ofrecen a colaborar porque su Estado “no les pide” que lo hagan.
Cree necesario impulsar la progresividad de los impuestos, mejorar la redistribución del gasto y combatir las brechas crecientes en el origen de las rentas, y considera que buena parte de esas políticas deben ser supranacionales para “democratizar” de verdad la globalización.
Se mostró partidario de involucrar a las empresas en el respeto a la dignidad de ser humano en todo el mundo y establecer una especie de “código universal mínimo” de respeto a los derechos humanos y de defensa del medio ambiente.
Frente a los valores que ha instalado el neoliberalismo, defendió la solidaridad y el compromiso cívico, y la necesidad de responder con la política a los desafíos pendientes. Para ello, “la izquierda tiene que alimentar la base ideologica de su proyecto, sino no tiene futuro”.
Jáuregui defendió el reciente acuerdo ante el Consejo Europeo, pero dejó claro que en muchos otros ámbitos “no hay pacto posible” con el PP porque hay “demasiadas diferencias” y “demasiado riesgo” de ver “resquebrajarse” en modelo de bienestar social y de equidad.
Al hablar de las próximas elecciones europeas, reconoció el miedo del PSOE a que crezcan opciones “extremistas” y “populistas”, y apostó frente a ello por una campaña valiente en la que explicar a los ciudadanos lo que está en juego y apostar claramente por un próximo presidente socialdemócrata de la Unión Europea.
En lo que más echa en falta “miradas largas” por parte de los dirigentes del PP y miembros del Gobierno es en una verdadera política de modernización de la economía española a medio plazo, y ahí considera clave el papel del PSOE.
Está convencido del “potencial” de España pero cree que “las paredes maestras del edificio socioeconómico debe ser reconfiguradas” y solo el PSOE puede encabezar ese proceso.
En ese sentido, denunció el “irracional y preocupante” intento de “destruir el bipartidismo” pensando que las pequeñas formaciones o una “exagerada fragmentación” pueden ser la solución, y juzgó “urgente” explicar a los ciudadanos que no es así.
La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, fue la encargada de presentar a Jáuregui, a quien se refirió como un ejemplo de “la versión más noble” de la política, la que combina acción y pensamiento.
Destacó de él que nunca ha eludido una responsabilidad por difícil que fuera y que, pese a su larga y diversa trayectoria, nunca nadie habla mal de él, quizá porque sus convicciones están libres de “dogmas y prejuicios” y porque tiene por ello una “sana aversión por el populismo y la demagogia”.
En tiempos de “afirmaciones taxativas en 140 caracteres”, Valenciano elogió “la densidad” que Jáuregui aporta al debate y aseguró que es un claro ejemplo de que la modernidad no siempre va ligada a la juventud.

Mostrar comentarios