Jefa negociadora kosovar es atacada por activistas radicales en Pristina

  • La jefa de la delegación kosovar, Edita Tahiri, fue atacada hoy por nacionalistas radicales a su regreso a Kosovo desde Bruselas, donde la antigua provincia serbia negoció con Belgrado un acuerdo aduanero y cuestiones comerciales.

Pristina, 3 sep.- La jefa de la delegación kosovar, Edita Tahiri, fue atacada hoy por nacionalistas radicales a su regreso a Kosovo desde Bruselas, donde la antigua provincia serbia negoció con Belgrado un acuerdo aduanero y cuestiones comerciales.

Varias docenas de activistas de la formación pro Autonomía, la tercera fuerza política en el parlamento kosovar, lanzaron tomates podridos contra la viceprimera ministra tan pronto se subió a un automóvil en el aeropuerto de Pristina y también pincharon una rueda del vehículo.

La policía dijo que detuvo un automóvil en el que viajaban varios miembros de este partido, conocido por sus ataques a delegaciones de la Unión Europea y de la ONU en Kosovo y contrario a establecer negociaciones con Serbia y a favor de una unión política con Albania.

Tahiri y su interlocutor serbio, Borislav Stefanovic, acordaron el viernes en Bruselas, gracias a la mediación de la UE, el formato del sello de aduanas que se utilizará en los pasos fronterizos comunes, así como el canje de información sobre el catastro en la región.

La funcionaria calificó la reunión de difícil pero con buenos resultados, puesto que se podrá poner fin al embargo comercial bilateral que había generado fuertes tensiones en un enclave serbio del norte de Kosovo.

"Está previsto que el 10 de septiembre ambos países reanuden el comercio libre. Grupos de trabajo aplicarán el acuerdo", dijo Tahiri en una rueda de prensa.

Serbia reconoció el sello de aduanas porque lleva inscrito el texto "Aduanas de Kosovo" y carece de símbolos estatales.

Pristina reconoció ese sello en noviembre de 2008, unos meses después de declarar su independencia de Belgrado, pero Serbia lo rechazaba por considerar que supondría un reconocimiento implícito del nuevo Estado balcánico, algo que se niega a hacer en rotundo.

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